Capítulo 25

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Corrí por el pasillo de la clínica esperando encontrar a Tyler en alguna parte. Fer se había ofrecido a llevarme a la clínica para verificar cómo estaba  Justin. No podía irme a casa, no sin quitarme la angustia que se había acumulado en mi pecho. Tyler no me había dado detalles sobre lo que había sucedido y, para mi pesar, nadie me decía nada

¿Cómo pudo pasar algo así? Se suponía que Tyler era su guardaespaldas, ¡maldición!

—¿Señora Bieber? —me llamó el susodicho desde el pasillo.

—Tyler, ¿Dónde está mi marido? —le pregunté ansiosa, sin saludarlo.

—Están terminando el tratamiento. Los detectives lo están interrogando para encontrar a los agresores.

—¿Dónde estabas cuando pasó?

No quería reprocharle, pero nada me quitaba de la cabeza que él era el culpable de las heridas de mi esposo. Esperé su explicación taciturna.

—Hailey, me llamó diciéndome que Olive estaba con mucha fiebre y malestar general desde la mañana, como no le bajaba le pedí permiso al Señor Bieber para llevarla al médico. Él me dijo que podía tomarme el día libre, por eso no estuve ahí, lo lamento.

—No —me tranquilicé—. Yo lo lamento Tyler, estaba alterada. ¿Cómo sigue Olive?

—Está mejor, no se preocupe Señora. Acabo de ver al señor Bieber y está bien, solo tiene un par de golpes.

Asentí, esperando que alguna de las enfermeras saliera y me permitiera entrar a ver a mi marido. Fer se acercó hasta mí para darme ánimos, lo cual agradecí mucho; me sentía mareada y mi cabeza palpitaba fuertemente. Aunque todos me decían que él estaba bien, tenía que comprobarlo con mis propios ojos... solo así podría calmarme.

La puerta se abrió y los detectives salieron de la habitación. Se despidieron cordialmente de nosotros y continuaron su camino. Aproveché el tráfico para entrar sin autorización y quitarme aquel miedo de perderlo. Él estaba recostado en su cama con la camisa medio abierta. Su labio estaba roto y un corte en la ceja malograba todo su aspecto. Respiraba hondo, parecía tener dificultades para hacerlo. Caminé dos pasos hacia él, pero me detuve al ver que tenía compañía.

 Selena estaba junto a la cama acariciándole el cabello, mi corazón se hundió al ver su mano sobre el cabello cobrizo de mi marido y comenzó a faltarme el aire. Me sentí como una intrusa, a pesar de que yo era quien debía estar a su lado. Quise irme de ahí, mas Justin me detuvo.

—______. —Selena se alejó de él al instante—. Ven —dijo tendiéndome la mano abiertamente.

Yo dudé en recibirla, pero al final accedí. —¿Cómo estás?

—Bien, solo fueron unos golpes —sonrió—. Me robaron el reloj y el teléfono, nada que no pueda recuperar.

Me irrité al escucharlo nombrar las cosas materiales en lugar de su propio bienestar, luego miré a Selena , quien esperaba cerca de nosotros, con una sonrisa en el rostro. Ya que tenía su atención, hice una mueca para que se sintiera incómoda.

—Es un placer volver a verte, _________

Oh, estaba segura de que así era. Como siempre, disfrutaba de hacerme quedar como un accesorio en la vida de Justin; él aprovechó el gesto para recostar su mejilla en mi abdomen y cerrar los ojos. Sonreí victoriosa, ese hombre seguía siendo mío.

—No es que no me alegre de verte —comenté falsamente—, pero... ¿Qué haces aquí?

—Estaba con Justin en el momento del robo —explicó, haciendo que mi sonrisa desapareciera al instante—. Sucedió en el estacionamiento del edificio donde vivo.

¿Matrimonio falso?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora