Capítulo 32

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 Lo miré a los ojos, eso parecía un sueño, el hombre que minutos antes pensaba que iba a rechazarme se me estaba declarando, me estaba diciendo que me amaba como yo lo amaba a él, la felicidad era una emoción que me había evadido mucho tiempo, pero ahora me daba la bienvenida con los brazos abiertos. Justin secó mis lagrimas preocupado, fruncí el ceño de confusión antes de caer en cuenta que el esperaba que yo dijera algo.
—Justin... yo tampoco sé nada de relaciones, pero lo que siento por ti es tanto, yo quiero estar contigo e intentarlo... yo te amo.
Pegó su frente a la mía y con mucho cuidado se acercó a mis labios, primero un roce suave, lento, torturador, después fue tomando confianza, sus labios invitaban a bailar a los míos, Guiándolos, sus besos siempre eran increíbles, pero ese era mucho más especial, me demostraba con su beso todo lo que sentía por mí y yo hacía lo mismo, nuestras lenguas se enfrascaron en la danza más sensual, mientras mi cuerpo respondía a él, vibrando y palpitando de necesidad. Poco a poco se fue separando de mí, lo miré interrogante.
—Dije que quería hacer las cosas bien y así lo haré... ¿Puedes quedarte un tiempo más con la señorita Kavanagh?— Lo miré confundida— Confía en mí, _____... Te amo, solo déjame hacer esto, por favor.
Asentí, confiaría en Justin, no importaba nada más que saber que me quería tanto como yo lo quería a él, nada empañaría mi dicha, no lo dejaría, ni mis temores, ni pasado, ni nada, de ahora en adelante lucharía para ser feliz.
—Bueno... creo que es hora de ir a la cama — me sonrió— has pasado por mucho hoy—Asentí y me dispuse a moverme pero él me detuvo— Quédate solo en bragas, _____-_... No pretendo que pase nada, solo quiero acostarme contigo y sentirte, es lo único que quiero.
Me quité la ropa que usaba como pijama mientras mi marido me imitaba con su propia ropa hasta quedar en Bóxers, admiré su escultural cuerpo deteniéndome un poco en sus cicatrices ¿Algún día me contaría que le había pasado? Yo confiaba en que sí, pero no quería presionarlo, se acercó a mí para encerrarme en un abrazo, nuestros pechos desnudos chocaron enviando escalofríos por todo mi cuerpo, deslizo la yema de sus dedos por mi espalda haciéndome temblar, imité su caricia mientras me daba un beso en el hombro y por un rato nos quedamos así, abrazados en nuestro propio mundo, uno en el que solo éramos él y yo.
No quería apartarme de él ni por un minuto, pero lo hice cuando me llevó con él a la cama, nos abrazamos de nuevo enredándonos entre las sabanas, acaricié su pecho pasando mis dedos por sus cicatrices al tiempo que él me acariciaba el cabello.
—Creo que debemos hablar de muchas cosas—susurré pero sabía que me había escuchado porque lo sentí tensarse.
—Me gustaría contarte todo... pero no esta noche.
—¿Me amas?—Pregunte mirándolo, él me dio un suave beso en los labios
—Te amo.
—Entonces esperare el tiempo que necesites—sonreí— pero no era eso a lo que me refería...
—¿De qué quieres hablar?
—De gustos, pasatiempo, colores favoritos, fechas de cumpleaños... cosas así que nos ayuden a conocernos.
—Tendremos mucho tiempo para eso, Ana... te lo prometo.
—¿Cuándo cumples año?
—Ya paso... el 1 de Marzo ¿y tú?
—El 10 de septiembre...
—Falta casi un mes para eso... —me miró— ¿No ibas a decirme?
Me encogí de hombros —No pensé en eso exactamente... creo que no me acordaba.
Suspiró—Bueno, planearemos que hacer ese día... ahora duerme, ____, necesitas descansar.
Me acurruqué a su lado y por primera vez desde que me había mudado a esa casa, dormí sin temores ni inquietudes, dormí tranquila entre sus brazos. Me removí perezosamente en la cama mientras sentía un leves caricias en mi espalda que enviaban hormigueos por todo mi cuerpo, suspire cuando sentí sus besos, sonreí, así quería despertar todas las mañanas, con Justin a mi lado, me estiré un poco y volteé a verlo, él me dedico una de sus hermosas sonrisas y asaltó mis labios.
—Buenos días... —me dijo en cuanto dejamos de besarnos— Te traje el desayuno— Dijo señalando la bandeja, con huevos, tocino, tostadas y jugo de naranja.
—¿Tu lo hiciste? — pregunté mientras comenzaba a ingerirlo.
—Me encantaría decir que sí, pero no sé ni freír un huevo... —Reí—Le pedí a Tyler que lo trajera, lo hizo Hailey.
Y al parecer no era lo único que le había pedido, Justin estaba completamente listo para ir al trabajo, su rebelde cabello cobrizo estaña húmedo por la reciente ducha y llevaba su elegante traje azul marino hecho a su medida.
—¿Ya te vas?— pregunté tomando un poco del jugo.
—Si... se que tienes clases dentro de una hora... ¿Te parece si paso por ti en el medio día para almorzar?
—Me encantaría, te estaré esperando.
Se acercó a mi — Tengo que irme, pero nos vemos para comer— me dio un beso— Te amo, ____.
—Yo también te amo, Justin.
Me besó en la frente, tomo su celular, su reloj y su cartera de la cómoda y salió de la habitación, Me recosté en la cama suspirando de Felicidad, me parecía increíble, Justin me amaba e íbamos a comenzar una nueva relación, sentí que la vida estaba comenzando a sonreírme, que verdaderamente iba a ser feliz, ya no había nada que empañara mi vida, de ahora en adelante miraría hacia el frente y nunca más hacia atrás.
Terminé mi desayuno que como todas las comidas de Hailey estaba muy bueno, me bañe, me vestí, tomé mi bolso y salí del cuarto, Fer estaba recostada al mesón de la cocina tomando café, me sonrió al verme y supe mucho antes de que hablara lo que iba a decir.
—¿Qué paso anoche? ¿Estuvieron juntos? ¿Aclararon las cosas? ¿Se te declaro? Tienes una cara de felicidad que se te ve de aquí a Colombia.
Sonreí sin poder Evitarlo— Me ama, Fer... me dijo que me amaba y ahora no hay dudas ni temores en mi, él me ama.
Fer sonrío y me abrazo fuerte—Me alegro tanto, estoy muy feliz por ti... aunque claro, te echaré tanto de menos aquí.
—Bueno... Quería preguntarte si podía quedarme un tiempo más aquí... —me miró confundida—Justin me pidió tiempo y voy a hacer las cosas a su manera, sin cuestionar ni especular nada.
Ella asintió y sonrío— Claro, _____... esta es tu casa, puedes quedarte el tiempo que necesites.
Aunque estaba agradecida con Fer esperaba que no tuviera que quedarme mucho tiempo, tomamos nuestros bolsos y salimos de la casa, allí estaba Tyler esperándonos para llevarnos a la universidad, sonreí como una tonta mientras corría a abrazarlo, sorprendido me devolvió el abrazo y luego nos abrió la puerta del coche para que entráramos.   

¿Matrimonio falso?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora