Parte 3. La Puerta Secreta

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Cuando salimos del Instituto, me fui con las amigas a comer a casa de mi abuela.

Al llegar, Clara y Maria alucinaron, porque toda la casa estaba decorada con decoraciones de Halloween. 

-¡Qué fuerte! ¡Tu abuela es una SÚPER decoradora de casas! -Empezó a decir Clara.

-¡Sí! ¡Que decore la nuestra también! -Le siguió el rollo su hermana, Maria.

-¡Y le pagaremos por un buen precio!

-¡Sí, sí!

-¡Basta!

¡Ups! Todas nos callamos de golpe. 

Entonces le presenté a mi abuela mis amigas (porque había sido una visita inesperada). Cuando por fin las presentaciones fueron terminadas, ella comenzó a hablar:

-¿Qué queréis de comer, chicas?

-Pues... a mí me gustaría pollo al ast.

-¡Sí, sí! ¡Y a mí también! -Las hermanas siempre igual en todo...

-¿Y tú qué quieres, guapa? -Dijo, dirigiéndose a mí (como no. Vale, no XD).

-Pues... ¡me dijiste que me harías la "mejor sopa del Mundo!".

Ella se recordó y dijo que sí, y que mejor que las tres comiéramos lo mismo, que si no era muy complicado.

Entonces susurré unas cosas a mis amigas. Ellas aceptaron sin pensárselo dos veces... ¡la pista de baile nos estaba esperando! ¿Os acordáis de la palanca del otro día, que me la encontré en tres sitios diferentes? Pues, como solo la vemos mis amigas y yo, he pensado en ir a ver qué es. ... Ahora os preguntaréis por qué digo eso, ¿verdad? Pues porque al lado del Instituto está la piscina, y, a parte, una pista de baile donde los socios del Instituto (es decir, los que estudian; los estudiantes; nosotros, vamos) pueden ir, pero con una condición: tienes que enseñar el carné de estudiante que te dan el tercer mes del curso (Noviembre), y siempre está abierto. 

Cuando llegamos, la puerta estaba cerrada. Mientras estábamos esperando, ¡vino Joe McClark! Nosotras, como unas estúpidas y tontas niñas (ya sabréis por qué digo esto más tarde) nos pusimos a hacer saltos de alegría, hasta que él se dio cuenta:

-Chicas... Ya sé que sabéis el secreto.

-¿Cómo? ¿Qué secreto? -Pregunté yo, sorprendida.

-JA (XD). No te hagas la longuis*, que yo lo sé todo... Mejor que no entréis...

-Entrar... ¿a dónde? -Esta vez fue Maria la que hizo la pregunta.

Ay, ay, ay... Qué poca gracia me hacía eso... Entonces, cuando se abrió la puerta, nosotras entramos, dejando atrás a Joe, mirándonos con cara de imbécil.

Fuimos donde estaban los lavabos de chicas, y vimos la palanca. Nos miramos, y yo la cogí, y la estiré. Entonces apareció una puerta en frente nuestro. Parecía que nadie la veía, y entramos, hasta que... ¡aparecimos en una habitación encerradas!

-¿Se puede saber por qué estamos en una habitación sin luz? ¿Y no en un Mundo mágico e irreal, como me había imaginado yo? -Empezó a quejarse y a fantasear Clara. De repente, la luz se encendió, ¡y yo me desmayé!



El Portal Mágico 1: Un Lugar Llamado "Mundo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora