-¡No!
-¡Que SÍ!
-¡Que no!
-¡Que sí! ¿¿No sabías que en Japón ya han creado los robots??
-¡Pero éso sería una barbaridad, Maria! ¿¿Es que no lo entiendes??
-¡Chicas! ¡Parad de pelear! Y, Maria... No pueden haber robots en...
-¡¿Y por qué no?!
-De acuerdo, mejor lo dejamos para otro momento... -Suspiré, cansada de la misma pelea cada dos por tres.
-Resumiendo: ya sabemos que las chicas que estaban contigo NO éramos nosotras...
-Además, tampoco podía ser, porque...
-¡Calla, Maria! Y deja hablar a las personas mayores -la otra hizo una mueca - ...Pero lo que no sabemos es QUIÉN era Marina.
-Marina es una chica de verdad, Clara -suspiré, medio riéndome XD.
-Bueno, lo que sea. Con estas pistas... ¿qué ideas tenéis?
-¡Eh, tu cabeza sin cerebro TAMBIÉN tiene que pensar, guapa! -La regañó Maria.
-¡Eh, cuidado con lo que dices, hermanita! Yo...
-¡Tengo una IDEA!
Se quedaron paralizadas del susto.
-Podemos hacernos invisibles con la fórmula que nos dio la Profesora...
-¡¿Qué fórmula?!
-Ay, es verdad, que a vosotras no os dio... Perdonadme... Lo que quería decir era que, con la fórmula SECRETA que YO tengo, podemos hacernos invisibles y seguir a Marina... Pero, para ello, claro, tendremos que ir al portal.
-¿Y cuándo vamos? Porque nunca tenemos tiempo. Tu madre te ha castigado, Lia; y a nosotras no nos dejan salir de casa.
-Y ¿por qué no os dejan salir de casa? -Pregunté, sorprendida.
-Bueno... La historia es un poco cómica... Cuéntalo tú, Maria, que te expresas mejor.
-De acuerdo... Ayer estuvimos tirando globos de agua desde el balcón... y, SIN QUERER, Clara y yo tiramos uno al carrito del bebé de nuestra vecina... y este explotó a llorar.
-Jajaja, ¡qué tontas! -Y empecé a reírme intentando averiguar la cara que podrían haber hecho mis amigas al saber que habían arrojado un globo de agua a un bebé llorón...
-Pues lo del portal mágico... Podéis decir que es para practicar el baile del Instituto y quizá vuestros padres os dejarán... Podéis probar, a ver qué tal...
-De acuerdo, lo intentaremos.
Y nos fuimos hacia clase. Nos tocaba Educación Física.
-Chicos y chicas, hoy es el examen de los bailes -dice la Profesora.
<<¡¿¿Qué??! Pero si no hemos podido ensayar nada...>>, pensé. Giré la cabeza para ver las caras que hacían mis compañeras, y no era muy buena, que digamos... Clara, que estaba a mi lado, me dijo al oído: "No te preocupes, Lia, lo haremos bien. Creo... Igualmente, tú piensa que estás en una pista de baile SOLA, únicamente con tus compañeras de equipo, y olvida que 27 personas te estarán observando, incluidas las 3 monitoras, porque ahora hay una revisora, y..." "¡Basta! ¡No me estás ayudando nada, Clara! ¡Mejor dicho: ahora estoy más asustada y preocupada que antes!"
-¿Vosotras dos, señoritas, de que estáis hablando? ¿Creéis que es más importante que lo que estoy diciendo yo?
-N-no... -Decimos, cogidas por sorpresa por la Profesora.
-De acuerdo. Ahora, si vosotras no queréis escuchar lo que estoy diciendo, no me hagáis caso, pero luego no me preguntéis lo que he explicado, porque no os lo diré. -Y, sin rechistar, estuvimos escuchando media hora más, hasta que fuimos a la pista de baile.
Llegamos a la pista temblando por si el baile no nos salía bien, y por si hacíamos un ridículo total. Estuvimos viendo los otros bailes con la boca abierta, sobre todo con el baile de Elisabeth. Eran 4. Solo había un único chico, Ferran. Ferran es el hermano de Elisabeth, y él tiene que hacer todo lo que ella le diga. Son muy iguales: el mismo color de pelo, el mismo color de los ojos, la misma nariz... Lo único que les hace ser diferentes es el carácter. Una es egoísta y egocéntrica, y el otro es tímido y simpático, sin ego. Aunque no seamos amigos, él nunca me ha caído mal. Pero como ambos somos tímidos, nadie da un paso adelante para empezar a hablar. Este es el problema por el que no somos amigos... Pero, aún así, tengo el presentimiento de que un día, algún día, seremos amigos. Creedme.
Vimos todos los bailes, y había muchas combinaciones posibles: chico y chica, todo chicos, todo chicas (como nosotras), un chico y todo chicas (como Elisabeth), etc... Pero, aunque los bailes hubieran sido los mejores, la revisora ponía una pega a todo:
-¡Elisabeth, tienes que levantar más la pierna! ¡Y no la pongas tan recta! ¡Pareces un muñeco de madera! -Y se escuchaban algunas risas de fondo- ¡Tú, Ferran, sonríe un poco más, que haces pena, guapo! Y vosotras dos, chicas... ¿no podéis estar un poco más en coordinación? ¡Parece que cada una vaya hacia un lugar diferente, cuando en realidad hacéis los mismos pasos!
Se escucharon un montón de críticas: del público, de las profesoras, e incluso de los mismos bailarines... Entonces, ya nos tocó a nosotras. Salimos como habíamos planificado, pero no me abroché los cordones, ¡y allí pasó todo el alboroto! En el punto 6, es decir, al final, cuando tenía que hacer el salto, me tropecé conmigo misma, y en vez de hacer un salto, ¡hice una voltereta! Y como me había hecho daño en la pierna, terminé de pie en el suelo con la pierna recta, porque no la podía mover. Como las bambas que habíamos comprado eran con ruedas (las bambas ya estaban planificadas para el baile), y como la pista de baile hacía un poco de bajada, me fui "cayendo" o, más bien, bajando por la pista hasta que llegué al centro, perfectamente coordinada con mis amigas. Me di cuenta de que Clara me había dicho Excelente. No le pude decir nada porque me fijé en la revisora, y me puse roja como un tomate, porque me había equivocado de paso, y me estaba mirando fijamente...
-Creo que... Creo que... -Me preparé para ponerme a llorar- ¡Creo que ha sido el MEJOR BAILE DE MI VIDA! ¡Chicas, lo habéis hecho PERFECTO! ¡Tú, la rubia: lo has hecho espectacularmente GENIAL! Esa voltereta, y luego caer recta... Tú, la pelirroja -quería decir Maria-: ¡lo has hecho súper bien! ¡No te has equivocado en NINGÚN paso, e ibas súper coordinada con tus compañeras! Y la última, la del pelo azul... Chica, tienes una flexibilidad y una elegancia especiales. Felicidades a las tres -y todos nos aplaudieron, excepto el grupo de Elisabeth... Ella estaba súper roja y enfurecida, al igual que sus dos compañeras. Ferran estaba sonriendo, y me hizo una seña de "lo has hecho muy bien". Yo le devolví la sonrisa.
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El Portal Mágico 1: Un Lugar Llamado "Mundo"
FantasyEsta historia explica el comienzo de una nueva amistad. Lia, la cual será quien contará la historia, tendrá que superar muchos obstáculos, con problemas familiares, pensamientos e imágenes extrañas, problemas de amistad... Con todo esto, también via...