Parte 37. <<~Para: Becca Silvester~>>

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-¡Anna! ¡He visto a un chico! ¡Sí! ¡Lo he visto!

-¿Por dónde? No puede ser.

-¡Que sí, que sí! Al girarme hacia la dirección donde estaba Problem, he visto la silueta de un chico. Tenía un gorro en la cabeza, y una sudadera de, creo, color azul con algunos que otros mosaicos, y era rubio...

-Hm... Qué extraño. -Me interrumpió- ¿Y has podido presenciar hacia dónde se dirigía exactamente?

-Sí; bueno, más o menos... Le he visto corriendo hacia, justamente ahí.

Y señalé el camino por el que habíamos venido.

-Después de llegar al punto donde está la roca, se gira hacia ese arbusto tan peculiar... 

-Sí... El que tiene las hojas en forma de rombo. Sugiero que vayamos. ¡Y vigila más a Problem! Por poco te...

-Ya, ya. Ya lo sé. Bueno, vayamos.

Volé hacia el otro lado, mientras Anna cogía a Problem en brazos. Se ve que tenía experiencia en esto... Seguidamente, le señalé EXACTAMENTE el sitio donde el chico ese se había "metido", por decirlo así. Aunque no conseguía entenderlo, sinceramente... Se había metido, literalmente, entre un arbusto. Pero, después de eso... ¿Qué? Podríamos meternos entre la espesura de todos los arbustos y vegetales que hubiera ahí, mas el chico podría estar en cualquier sitio... La verdad, no lo entendía. ¡Era absurdo!

-Lia, vamos.

-Pero, no lo entiendo, dónde...

-Shh, calla y hazme caso. A mí también me pasó lo mismo... 

Y nos adentramos en el arbusto. 

Pero ¡no podía creerlo! Ahí, dentro del arbusto, había unas escaleras... ¿Cómo podía ser? No entendía nada... Y tampoco entendía lo que había querido decir Anna con la frase "a mí también me pasó lo mismo"... ¿Es que ella, acaso, ya había estado aquí alguna vez en su vida? ¿Ella ya sabía qué era todo ésto? Me tenía que dar una explicación...

Las escaleras eran de hormigón y estaban frías. Miré detrás mío, para asegurarme de que nadie nos seguía... Pero es que seguía sin entender nada. ¡Es que era IMPOSIBLE! No existe lugar alguno en el Mundo donde, dentro de un miserable arbusto -un poco peculiar, eso sí- haya unas escaleras... Bueno, aparte de este, claro. 

-Ya hemos llegado.

-Llegado... ¿a dónde? 

-Pues adonde se ha dirigido el chico que has visto antes.

-Pero... ¿dónde estamos?

-Eso me gustaría saber a mí... ¿Y si investigamos? Puede que encontremos alguna pista que nos sirva de ayuda...

Mi pregunta era: ¿para qué teníamos que encontrar una pista? Toda la persecución que estamos haciendo, ¿de qué nos sirve? ¿Para qué es? ¿Qué tenemos que conseguir? No podía dejar de pensar en estas preguntas que me rondaban en la cabeza... Sin embargo, hice caso de las sencillas instrucciones de Anna. 

Como ya sabía de qué iba el tema, ya que había investigado a fondo cuatro habitaciones hacía muy poco, empecé observando dónde estaba.

Era una gran sala, eso estaba claro. Las paredes estaban pintadas de un color beis gastado. No había ventanas, claro, pero había cuadros... Todos los cuadros eran de paisajes, y todos eran del mismo autor:  Fred Smith. 2002.

Entonces me fijé en el suelo. Había marcados unos extraños símbolos... 

Supuse que esa sala no era un comedor ni una cocina, ya que no había mesa ni silla para comer... Ni siquiera armarios: solo una mesa larga donde había, apilados, un montón de libros, y, al lado de estos, un tintero de color negro y una pluma larga de color blanco puesta al lado de un papel en blanco... Se ve que alguien ya lo había preparado. Me acerqué, pero solo pude ver hacia quién iba dirigida la carta: Becca Silvester... Hice un débil grito, ya que ese nombre... ¡era el de nuestra amiga: BECCA! No podía creer lo que estaban viendo mis ojos... Anna se acercó rápidamente para ver qué era esa cosa tan importante que había encontrado.

-Para: Becca Silvester... -Ella me miró- Esta no será la chica que...

-Sí, es ella.


El Portal Mágico 1: Un Lugar Llamado &quot;Mundo&quot;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora