Hoy ya era día 26. Faltaban 4 días para mi cumpleaños... y ya tocaba ir al Insti. Pero no fui. Desde ayer me encontraba mal. Como siempre me suena el despertador a las 7.20, y a esa hora mi madre está trabajando, la llamé a su trabajo por el teléfono de casa, y le dije estas mismas palabras:
YO: "Buenos días, ¿se podría poner Isabela Remington, por favor?"
PERSONA DESCONOCIDA: "Claro que sí, ahora mismo. ¿De parte de...?"
YO: "De su hija Lia. Lia Horta."
MI MADRE: "Hola, hija. ¿Qué pasa, que me llamas?"
YO: "No me encuentro bien."
MI MADRE: "¿Éso qué significa?"
YO: "Que no voy a poder ir al Instituto."
MI MADRE: "Pues no vayas... Ya llamaré yo que no vas a ir porque te encuentras mal, ¿vale? Pero no tienes ningún examen, ¿no?"
YO: "No."
MI MADRE: "Bueno, pues hasta ahora."
YO: "Adiós."
Ahora ya eran las 9... Aburrida y cansada, cogí mi portátil y fui al Skype. Me ponía que estaba conectada... Así que le di a que no lo estaba. Vi los mensajes que mandaban los de mi clase.
marieta_love12: |Hai|
sergi_roberto_2003: |Dw|
marieta_love12: |borde|
sergi_roberto_2003: |borde tu|
marieta_love12: |por|
sergi_roberto_2003: |pues porque si|
UnicorrrnioRosaaa^^: |no peleas. paz y amorrrr|
sergi_roberto_2003: |cayate|
UnicorrrnioRosaaa^^: |callate tu, imbécil|
No quise seguir, porque veía que no valía la pena... Salí del Skype, pero de repente, oigo que me mandan un mensaje.
|Hola, Lia. Cómo estás?Por qué no has venido?|
Era de Michael... No supe qué contestarle, y al final, dije:
|Hola, Michael...| |Pues no he venido xq me duele la cabeza y me encuentro mal|
|Ah pues recuperate...|
|Gracias :)|
|Si quieres t mando los devres cuando nos pongan|
|Sí, porfa. Grax|
Y aquí se acabó la conversación... No fue muy íntima, que digamos. Me conecté al Pinterest para ver si tenía más seguidores... Y, sip, tenía 3 más. Después de estar 1 hora conectada al Pinterest, paré. Oí un ruido. No me moví, no hice nada. Esperé a que se fuera, pero, de repente, el collar empieza a vibrar y a volverse rojo (es azul), y, de repente, desaparezco, dejando el portátil en la cama.
Aparecí sentada en una sala, con una persona delante mío y Pinky al lado suyo, con cara de pena. Esperé a que me saludaran, pero, como veía que no lo hacían, repliqué:
-Vaya, encima que estoy mala, y me hacéis venir aquí, no me saludáis. Perfecto.
-L-lo sentimos, Lia...
-¿Qué hago aquí? Quiero volver a mi casa. Me encuentro mal. -Y me levanté- ¿A ver, por dónde se sale?
-No vas a poder salir...
Me asusté. Era una voz muy grave. Me giré lentamente, y le vi. Era rubio, con ojos verdes, y mirada al Infinito. Tenía un pendiente violeta en la oreja derecha. Aquello no auguraba nada bueno...
-Si quieres irte, primero tienes que prometerme que nunca más podrás utilizar la magia en este Reino. Si lo haces, podrás salvarlo...
-¿Podré salvarlo? ¿En serio?
-Sí... Para eso tienes que firmar este papel de aquí.
-¿Pero me dejarás ir, no?
-Claro que sí.
-¿Y si no lo firmo?
-No podrás irte...
-¿Me dejas pensármelo?
-Sí...
Miré la expresión de Pinky. Parecía que estuviera a punto de llorar. Y me puse a pensar. Me vino una cara a la mente que me decía: "Lia, no firmes, esto es una trampa." Tenía cara de niña pequeña, y se parecía a mí. Dije: "¿Quién eres?". "No te lo puedo decir. Tú hazme caso." "Pero si no firmo, no podré salir de aquí." "Claro que sí podrás."
-No firmo. -Dije, finalmente, con firmeza. Al hombre se le quitó la sonrisa de la cara. Se estaba poniendo rojo.
-Tienes que firmar.
-No quiero.
Entonces, se levantó. Cogió su bastón "mágico" y lo señaló a una bola de cristal, donde ¡salía mi madre!
-¿Qué harás? -Pregunté, asustada.
-Si no firmas, tu madre desaparecerá.
Me puse nerviosa. Y Pinky, como si fuera a explotar, gritó:
-¡Lia, tú nunca has sido hija de Isabela Remington ni de Simón Horta! ¡¡¡Tu pasado ha sido un engaño lleno de mentiras!!! -El hombre la miró con cara de decir "¡¡¿pero qué has hecho?!!".
Yo me empecé a mover. O, más bien, el collar. Cogí mucha fuerza. Seguramente la fuerza de sentir que te han engañado, de que nunca te han dicho la verdad. Me levanté del suelo. Alrededor de mí empezó a soplar un fuerte viento, como si hubiera un huracán. Pero no era un viento normal, era un viento rojo, mezclado con azul. Supe que cada color significaba una cosa. Azul: tristeza. Rojo: dolor. Entonces, con toda la fuerza que pude, giré en torno a mí, y lancé fuego por todas partes. Después de eso, ya no supe lo que pasó.
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El Portal Mágico 1: Un Lugar Llamado "Mundo"
FantasyEsta historia explica el comienzo de una nueva amistad. Lia, la cual será quien contará la historia, tendrá que superar muchos obstáculos, con problemas familiares, pensamientos e imágenes extrañas, problemas de amistad... Con todo esto, también via...