Parte 17. Una Mala Noticia

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Roxy ese día se había hecho coleta, y se había dejado el flequillo por delante; llevaba una sencilla y cómoda camiseta gris sin estampados. De sus ojos caían unas grandes lágrimas transparentes, que bajaban por sus mejillas hasta caer en el colchón de mi cama. Yo tampoco sabía si llorar o estarme pensando en ello... Al final, mientras estuve pensando en ello, también me puse a llorar. Y estuve diciendo, a balbuceos, mis pensamientos en voz alta, de nuevo (yo lloro como un burro, por eso no hago "sniff", sino que balbuceo):

-Yo-yo no quería q-que mis padres s-se sepa-separaran. No fue lo-lo normal. Mi-mi madre se dio-dio cuenta de q-que mi padre l-la estaba engañando p-por la tuya, y d-desde ahí empezó la di-discusión... Snifff... Pero de eso me-me di cue-cuenta yo sola... Sniff...

-Sniff... ¿De verdad? Sniff... Mi problema es que... Sniff... Yo no quiero tener un padre que no sea "de verdad"... Snifff... Ya no podré... Snif... Tener la misma vida... que antes...

Mi madre entró a la habitación, porque oía ruidos raros, y nos vio llorando. Se sentó en mi colchón, y nos pasó el brazo por los hombros a las dos. 

-¿Se puede saber qué os pasa, piltrafillas? -Preguntó mi madre, haciéndonos reír.

-No queremos que el papa se case con... su madre.

-... -Se quedó pensativa- Lia, el papa ha cambiado... Ha conocido a una persona que me ha quitado el puesto en su corazón, y yo no puedo hacer nada al respecto. Y, Roxy. Sé que te sientes confundida, triste, dolida... Pero tampoco es nada malo. Es verdad que es muy pronto, y te sientes rara... Pero imagínate lo contenta que debe de estar tu madre.

-Ya, pero las cosas cambiarán... Snif...

-No tienen por qué cambiar. Mirad: la boda será en Enero. El 22. Simón y tú -dijo, dirigiéndose a Roxy- tendréis mucho tiempo para conoceros mejor.

-Vale...

-Pero no lloréis por tonterías, chicas. Que se casen no significa nada... Tú y tu madre podréis seguir haciendo lo que estabais haciendo siempre.

-¿Lo dices en serio?

-Claro que sí. ¡Cómo iba a mentir!

-Roxy, haz caso a mi madre... Es psicóloga, y te puede ayudar.

-Siempre que necesites mi ayuda, cielo, estaré ahí, tú estate tranquila. Llora cuando sea necesario, y ríe siempre que puedas. Acuérdate de esa frase -y se levantó de la cama-. Bueno, y ahora os dejo tranquilas. Pero no lloréis más, ¿eh? -Y se fue.

-Lia... tu madre tiene razón. Me ha dicho exactamente lo que no pensaba hacer, es decir, que me ha dicho lo correcto. 

-Yo aún sigo un poco confundida... Ven conmigo. Quiero saber a fondo lo que pasó entre mi madre y mi padre.

-¿Estás segura?

-Completamente.

Y nos fuimos hacia el comedor, para preguntarle a mi madre todo lo que pasó.


El Portal Mágico 1: Un Lugar Llamado "Mundo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora