Parte 5. Michael

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Volvimos a casa llenas de adrenalina. Mi abuela se dio cuenta y nos preguntó. Nosotras contestamos que no era nada... 

Cuando terminamos de comer nos fuimos todas a mi habitación para hablar de un tema que me gusta mucho y que aún no habíamos hablado... ¡Mi cumpleaños y Halloween! ¡Lo habíamos dejado de lado! Entramos en la habitación y cogí la libreta del Instituto y rompí una página; también cogí un bolígrafo y me senté en la cama, y ​​mis amigas hicieron lo mismo. Entonces yo empecé: 

-Chicas, quiero hablar con vosotras.

-¿Sobre qué? -Preguntaron las dos.

-Sobre mi cumpleaños...

-¡¡Síii!!

-...y Halloween.

-¡Bieeen!

-Para mi cumpleaños faltan 10 días...

-Ajá.

-...y para Halloween 11 días...

-¡Guau! -Exclamó Maria.

-Pero... -Siguió Clara- si hoy estamos a 20... Tu cumpleaños es el 30, ¿verdad?

-¡¿Claro, Clara, es que no lo has entendido?! ¡Lia quiere decir que hará una fiesta de cumpleaños... pero de disfraces! ¡Ueee!

-...¡Exactamente! -Salté de alegría- ¡Estaba esperando a que alguien lo dijera!

-Y... ¿por qué lo querías hablar con nosotras? -Preguntó Clara.

-Ah, sí, es verdad: porque quiero que me ayudéis en los preparativos. ¿Estáis de acuerdo?

-¡De acuerdo! -Dijeron las dos al unísono.

-...pero... también en alguna cosita más... Jejeje...

-¿En qué?

-¡¡Chicas!! -Gritó mi abuela desde el comedor- ¡Ha venido una persona que quiere hablar con vosootraas! 

Las tres bajamos de la cama y nos apresuramos a mirar debajo del balcón. ¿Quién podía ser? Entonces me fijé... ¡Oh, no! ¡Era "Él"! ¡Mis amigas también sabían quién era, pero no se pusieron como un tomate como yo! Salimos de casa y bajamos los escalones (era solamente un piso) y abrimos la puerta de la portería... ¡Era Michael!

-¡Hola! ¿Qué tal estáis, chicas? -Preguntó con su sonrisa preciosa... Ehm... Quiero decir... Con una sonrisa.

-¡Ho-hola! -Contesté, MUERTA de vergüenza.

-¿Qué haces aquí, Michael? -Preguntó Clara.

-¿Qué te ha traído hasta aquí? -Preguntó de nuevo Maria.

-Pues... Quería haceros un reportaje sobre...

-¡¿Un REPORTAJE?! -Exclamé de repente. 

-Sí... Un reportaje. ¿Me haríais el favor?

-Claro, Michael...

-¡¿Pero NOS grabarás?! -Gritó Clara, que le encantaba que LA grabaran.

-Sí.

-¡De acuerdo, trato hecho! -Dijeron al unísono Clara y Maria, y le dieron la mano a Michael. ¡Yo ni eso! 

Cuando terminamos la conversación, invité a Michael a que entrara a casa. Cuando entró, tuvo la misma sorpresa que Clara y Maria al principio: ¡estupefacta! Se quedó mirándola un buen rato hasta que se cansó y saludó. Mi abuela me dijo al oído (pero en broma, eh): <<¡Qué chico tan guapo te has buscado, nena! ¡Que se quede contigo y no con las otras dos, que tienen cara de mono!>>. Yo estuve a punto de reír, pero no lo hice, porque eran mis amigas. 

Clara y Maria se avanzaron a enseñarle la casa a Michael.  Cuando yo entré, ellas estaban contándole su vida, mientras Michael, todo aburrido, me esperaba. 

Y llegué

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Y llegué.

-¡Por fin has venido, mujer! Ya me estaba aburriendo, con estas dos al lado habla que habla...

Me reí un poco.

-Pues... empezamos, eh, ¡¿CHICAS?!

Con "chicas", se refería a Clara y Maria.

-Primera pregunta:...

-¿Y de qué va el test?

-De cómo son las chicas -dijo Michael, con un tono de aburrimiento total.

-Ah, de acuerdo.

-Empiezo... -Dijo- Si tu mejor amiga te deja por otra que no te cae nada bien... ¿qué harías? 

-Pues yo -esta era Clara- le pegaría mil tortas en la cara a la que no me cae bien y me iría con mi mejor amiga.

-Yo -empezó Maria- me enfadaría con mi MEJOR amiga.

-Y yo -empiezo- intentaría que su amiga y yo nos hiciéramos amigas, y así podríamos ir las tres siempre juntas, sin peleas.

-Interesante... -dijo Michael- Bueno, segunda pregunta: tu madre te compra unos vaqueros de último modelo y cuando te los deseas probar... ¡son 2 tallas más grandes que la tuya! ¿Qué haces?

-Yo -Clara-, tiraría los pantalones a la papelera y le diría a mi madre que me comprara otros vaqueros, ¡pero de MI talla!

-Y yo -Maria- ¡me enfadaría con mi madre y no le hablaría hasta después de 2 semanas!

-Pues yo -comienzo- iría al siguiente día al Centro Comercial o tienda que me los hubiera comprado y los cambiaría por otra cosa pero del mismo precio.

-¡Qué bien! Eres... Quiero decir... ¡SOIS fantásticas, chicas! Ahora... la tercera y ÚLTIMA pregunta: os...

¡TOC, TOC, TOC!

Habían llamado a la puerta. ¿Quién podía ser?

-Hola -pudimos escuchar que decían desde la puerta-, somos los padres de Michael. Se nos ha escapado y hemos podido creer que estaba aquí para...

-¡LA, LA, LAAAAA!

-¡Ahhh! ¡¿Por qué gritas, Michael?!

-¡Mira, si ya lo hemos encontrado! 

Michael se fue triste de la habitación con la cabeza baja acompañado de su madre. ¡Yo no sabía que se había escapado! Si no, le habría dicho que no entrara... Yo soy responsable. 

Michael se fue de casa sin ni decir adiós, solo con un gesto de la mano. Me dio incluso un poco de pena, el pobre. 

Si durante toda esta conversación te has perdido porque no tienes ni idea de quién es Michael, os hablo de él: Michael es un niño que va al mismo curso que yo. Le conocí el segundo día de Optativa, que yo hago Informática, y él también, y nos pusieron para hacer un trabajo juntos y... bueno, desde ese momento me ha empezado a gustar UN POCO. ¿Pero nada, eh? Entonces, aquel día casi le digo que se una a nuestro grupo de Detectives (el de Clara, Maria y yo), pero SUERTE que vino ya la profesora a decir que apagáramos los portátiles, que si no... 

Bueno, a lo nuestro... Cuando se tuvo que ir, recordé a mis amigas lo del portal mágico. Ellas miraron la hora y vieron que era muy tarde y ya se tenían que ir a casa. Yo las acompañé hasta la portería y les dije adiós, mientras ellas cogían sus mochilas y se iban charlando de aquel día tan fenomenal y mágico que habíamos tenido hoy...








El Portal Mágico 1: Un Lugar Llamado &quot;Mundo&quot;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora