28. Presas y cazadores.
Creo que pasó todo un minuto entero hasta que Anežka parpadeó nuevamente, incluso me dio la impresión de que su corazón se tomó unos segundos vagos.
- Ese hombre da escalofríos, da miedo y al mismo tiempo…bien, no es un hombre.
Negué con la cabeza acompañando el movimiento de la suya.
- No puedo creer que sea un demonio.
No me animé a decirle que era el padre de todos los demonios.
- Ni siquiera me di cuenta-. Apretó los labios y alzó la mirada hasta mis ojos-. Pero cómo es que te tuvo a ti.
- No puedo responder a eso, todavía hay muchas cosas de mi vida que no comprendo.
- Pero dijiste que los demonios no pueden procrear.
- Anežka, no tengo todas las respuestas- jadeé cansada, ya era tarde y el cansancio y el estrés podían conmigo.
- Está bien, está bien, entiendo. Es un demonio muy poderoso ¿no?, muy antiguo, Gaspar me contó que solamente muy pocos demonios pueden camuflarse así para que no se los note. Si fuese un demonio joven…
- Anežka, por favor-. Le pedí agarrándome la cabeza, sentía que mi cráneo se partiría en cientos de tozos en cualquier momento-. Sí, no es joven. Oye, cuando pueda te contaré más. Ahora lo mejor es que te acuestes y descanses.
- Tú también debería intentar descansar-. Frunció el entrecejo-. Sé que no duermes…no se sí ayudaría, pero al menos deberías recostarte un poco; no sé, algo, es cierto, no te ves bien.
- Sí, tal vez eso haga. Sube y descansa, subiré en un rato.
Anežka me dio las buenas noches y se perdió en la oscuridad escaleras arriba. A los pocos segundos entró Vicente cargando de tazas de perfumado y muy cargado café.
Envolví la taza en mis manos para absorber su calor mientras él se acomodaba a mi lado.
Consultó la hora en su reloj.
- Me figuro que deben rondar por ahí afuera, ya.
Entendí a qué se refería con eso. Gabriel y los demás debían estar en París, pasaban tres horas del horario de llegado previsto para su vuelo. No me preocupó que todavía no se hubiesen puesto en contacto, formaba parte del plan que no llamarían hasta mañana por la mañana con el objetivo de permitir que toda la situación se asentase un poco, además primero tenían previsto asegurarse de cuál era la infraestructura que pudiese rondar a nuestro alrededor, esto es: si teníamos vigilancia demoníaca, si los Nefilim nos espiaban, si mi padre había mandado a alguien a proteger nuestra casa y demás cosas que nosotros, por estar aquí adentro, no pudiésemos ver. Gabriel y los integrantes de la hermandad tenían sobrada experiencia en estas cosas, también en moverse por las sombras. Me imaginé a Gabriel, rondando por ahí en la oscuridad, intentando detectar demonios escondidos detrás de la fachada de simples mortales.
Suspiré y bebí un sorbo de café.
- Qué dices, quieres salir un rato, tal vez encontremos algo fácil. Esperaremos a que Anežka se duerma…ellos cuidarán de ella, no correrá peligro. Regresaremos antes de que se despierte.
Lo miré, en un principio sin saber de qué me hablaba, el cansancio no me permitía pensar con claridad.
¿Fácil?
- Podemos ir un por un alma y regresar en un par de horas.
Entonó al mismo tiempo que yo caía en cuenta de lo que insinuara antes.
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"Los caídos" cuarto libro de la saga "Todos mis demonios".
ParanormalCuarta parte de la saga "Todos mis demonios". Eliza se enfrente a una nueva realidad que superará todas sus expectativas. El mundo de los demonios continuará sorprendiéndola hasta lo inimaginable. ¿Soportará su relación con Vicente las nuevas verda...