# 36

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Las hormonas de Jackson se estaban alterando, no logramos estar en silencio ni siquiera dos minutos cuando empezó a besarme. Estos besos se vuelven cada vez más apasionados y sus manos recorren mi espalda con ansias, estoy disfrutando este momento, pero no tanto como me lo esperaba.

Me recuesta sobre la cama con delicadeza y él se coloca sobre mí, sus labios ya no recuerdan los míos, los olvidaron hace tiempo, en este momento aman mi cuello, mi pecho, están a punto de llegar a mis senos, y, debo admitirlo, el momento es demasiado excitante.

Pero debo detenerme aquí, no puedo permitirme un desliz de este tamaño, no porque el sexo sea malo, por el contrario, es muy satisfactorio, si no que siento que es demasiado pronto. Quisiera que las cosas con Jackson sean diferentes a como han sido con los demás. Es decir no soy virgen y nunca me ha preocupado eso, ni estoy esperando al indicado ni ninguna de esas cursilerías, es solo que con él debe ser especial.

He pensado durante toda mi vida que las cosas que más valoras son aquellas que no se te dieron fáciles, por las que tuviste que luchar demostrando toda tu fuerza y valentía o esas por las que tuviste que esperar pacientemente a que llegaran, entonces, cuando por fin las consigues, valoras e camino que recorriste o el tiempo que las anhelaste y eso hace que sean mucho más amadas por ti. Quisiera que Jackson y yo valoremos nuestra intimidad tanto como a nuestra relación, por eso debo detenerme aquí.

— ¿No crees que estamos yendo demasiado rápido?

—No quiero perder ni un solo segundo de estar contigo.

—Puedes estar conmigo de otras maneras.

— ¿Por qué? ¿No te gusta esta forma de estar juntos?—me susurro a oído y le dio una pequeña mordida a mi oreja, una mordida que definitivamente me hizo temblar de excitación.

—Detente por favor Jackson, no quiero que sea así.

— ¿Entonces así?— esta vez me tomo de la cintura con fuerza y se volteó, haciendo que quedara sobre él.

— ¡Estoy hablando en serio Jackson Wang!— le dije con tono serio y un poco elevado mientras me soltaba de su abrazo para ponerme de pie frente a él.

— ¿Y ahora que tienes ______? ¿Estás en tus días o algo así? Te recuerdo que esto no tiene nada de malo.

—Lo se amor, es solo que pienso que debemos ir más despacio— esta vez hablé de forma dulce mientras me sentaba a su lado.

— ¿Por qué deberíamos? ¿Acaso no estas segura de o que sientes por mí?

— ¡Cómo se te ocurre! ¡Claro que estoy segura de lo que siento por ti! ¿O es que si no me acuesto contigo significa que no te quiero?

—mejor olvídalo, ya hasta me hiciste perder el apetito, hasta mañana.

Se levantó bruscamente de la cama, y se fue sin decir más. Evidentemente está muy molesto, aunque no justifico su enojo, porque no es como si fuese obligación tener sexo cuando se está en una relación, es decir, no estoy solo para bajar sus calenturas ni él las mías, el sexo es de dos. Pero bueno, mañana será otro día.



Cinderella y los 7 enanitos (Got7 y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora