# 16

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Han pasado alrededor de 20 minutos, la recepcionista regresa con una sonrisa en su rostro y me pide pasar a la oficina que se encuentra en el fondo.

Al entrar me encuentro con un señor de edad tomando una taza de café mientras lee el periódico.

— ¿Cuál es tu razón para querer trabajar aquí?—pregunta en inglés sin quitar la vista del papel.

— Pues no conozco el idioma así que cualquier otro trabajo me será negado.

— ¿llegaste a mi país sin saber mi idioma a buscar trabajo?

— no era mi intención quedarme por mucho tiempo, vine de vacaciones pero por circunstancias personales tendré que permanecer aquí un tiempo antes de que pueda regresar a mi tierra natal.

— circunstancias personales, bien... creo que no tengo el derecho de preguntar. ¿De qué país eres y cuál es tu idioma natal?—con esta última pregunta su tono se volvió serio y dejo su periódico de lado.

—Soy ecuatoriana, y el español es mi idioma natal, pero sé muy bien inglés, mi resultado en el último examen Toefl que rendí fue 97.

—Se nota que eres buena para el inglés y si es así seguro serás buena para el español también. Te pondré a prueba para saber que tan buena eres enseñando. ¿eso no te molesta verdad?

—claro que no.

—en ese caso. Llamaré a tres de mis empleados. Ellos tienen un nivel de español medio, hemos estado buscando un buen maestro que los capacite y eleve su nivel porque actualmente el instituto está pobremente equipado en lo que a tu lengua se refiere. Al final del día serán ellos quienes evalúen si estás en la capacidad de trabajar para nosotros. Piensa en esto como tus primeras clases intensivas. —decía mientras abría la puerta del lugar indicándome que saliera tras él.

Cuando llegamos nuevamente a la recepción. Note que tres personas nos esperaban, efectivamente eran los tres maestros a quien el director se había referido anteriormente.

Me presentaron con ellos y nos dieron indicaciones del salón que ocuparemos para la clase, además, mencionaron que por ser esta una situación especial no saldríamos de allí hasta que se acabara el día y que alguien nos provisionaría de alimentos.

Nos dirigimos al salón y nos sentamos en la única mesa que había.

— ¿Estás asustada?— preguntó uno de ellos, tenía una sonrisa en su rostro y me inspiró confianza.

— No te preocupes, nosotros te enseñaremos como se da una clase de idiomas de niveles avanzados. —agregó el segundo.

El tercer hombre no dijo una sola palabra durante todo el día.

Las horas pasaron, les enseñaba mi idioma basándome en el material que ellos mismos me proporcionaron. Básicamente tenía que corregir su gramática y los acentos en su pronunciación.

Conjunciones, el subjuntivo, modos verbales, acentos, y algunos otros temas fueron abordados, mis estudiantes apuntaban todo lo que yo decía o escribía en la pizarra del salón.

Practicamos la pronunciación, lo que no es muy difícil, y en los momentos en que nos cansábamos de estudiar, nos poníamos a conversar de temas variados, utilizando mi lengua natal claro.

Llegadas las 8 de la noche entró el director con la intención de evaluar el progreso que habíamos logrado.



Cinderella y los 7 enanitos (Got7 y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora