Cinderella y los 7 enanitos (Got7 y tu)

# 26

La respuesta de Jackson no me terminó de convencer, eran alrededor de las 11 de la mañana, aún estaba a tiempo para cancelar la clase, pero la actitud de esa persona hace que quiera dejarlo solo por muy enfermo que este.

Lo echaré a la suerte, una moneda, dos caras, dos opciones, cara: me voy; sello: me quedo. Tiré la moneda y acepté mi destino.

Llame a la secretaria, le explique que no podía acudir en la tarde pues uno de "mis niños" se había enfermado, ella respondió muy amable como de costumbre, y me pidió que no me preocupara por naba más que por "mi niño enfermo" que ella se encargaba de todo en el trabajo. La mujer al otro lado de la bocina sabe que no vivo con niños y menos conozco a ninguno al que sea cercana en este país, pero comprende de lo que hablo.

Fui a mi habitación y me hice a la idea de una tarde aburrida al pendiente de Jackson, planee ver una película en Internet. Busque la película y dejé que se cargara, mientras fui a la cocina e hice palomitas y limonada, tome mis provisiones, pero en lugar de dirigirme a mi habitación, fui a la de Jackson.

— ¿No te ibas a trabajar?

—Te dije que a las 3

—Ah, cierto

— ¿Ahora si te harás a un lado?

—No

—Como quieras

Volví a pasar sobre él pero olvidé las palomitas en el buró, acomode el computador para que ambos pudiéramos visualizar la película y me estire sobre Jackson para alcanzar el tazón con las guarniciones, me acomode y le puse "play" al video.

— ¿Quién te dijo que yo quería ver una película contigo?

— Si quieres me voy, no pretendo obligarte a pasar tiempo conmigo si no quieres

— ...

—Tomaré eso como una aprobación para quedarme.

— Por lo menos veamos una peli que yo quiera ver.

— La próxima vez tú elijes.

— ¿Cómo puedo estar seguro que habrá una próxima vez?

— Solo has que suceda.

—...

La película, de comedia, hizo que no pudiésemos parar de reír durante casi dos horas. Dos horas que intenté disfrutar al máximo pues la certeza de que al curarse Jackson todo sería como antes no abandono mis pensamientos.

— ¿Te preparo algo de comer?

—No, ordenemos comida china.

—Oye, estás enfermo, deberías comer ligero.

—Pero tengo ganas de comida china— Dijo mientras hacia un tierno puchero.

—Bueno, al fin y al cabo, enfermo que come no muere dice el dicho.