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Llegamos a casa cuando el reloj rondaba las tres de la tarde, por alguna razón los miembros del grupo se encontraban sentados en la sala mirando un programa de televisión, Jackson y yo trajimos de nuestro paseo algunas golosinas para compartirlas con los muchachos, por lo que apenas llegue me dispuse a repartirlas aprovechando la reunión de los mismos.

-Hasta que regresaron los tortolitos- dijo Mark mientras yo lo aniquilaba con mi mirada y Jackson respondía al comentario con una mirada impávida que no demostraba ni enojo ni frustración ni ninguna emoción existente. -A _______ le gusta Jackson-repetía con tono burlón la misma persona a quien habría matado con mi mirada de ser posible, incluso desde su primer comentario.

-Como si eso fuera posible-dije yo sin cambiar mi tono de siempre en un desesperado intento de no ser descubierta por Jackson.

Al parecer mi intento fallo, pues mi príncipe escucho la campanada de media noche, arrojo lo que tenía en sus manos (uno de los paquetes de golosinas con los que llegamos a casa) y se metió en su habitación azotando la puerta después de entrar.

Todos, atónitos ante la reacción de Jackson, hicieron un vago intento por calmar los ánimos, el que más se esforzó fue Mark, pobrecito se sentiría culpable seguramente, tanto que por primera vez lo escuche decir tantas palabras en la misma frase.

Yo no pude más, me siento tan enojada que esta vez no dejare pasar el comportamiento de esa persona.

Me dirijo al cuarto que Mark y Jackson comparten con expresión de enojo, no es una expresión común, pues Jb, quien quiso hacer un el intento de detenerme pero termino retrocediendo sin decir una palabra.

-¡¡¡Ya para con esto Jackson!!!-le grite apenas crucé la puerta

- ¿Qué quieres que pare? ¿Qué?-respondió él con un tono de voz aún más fuerte.

- ¿Todavía tienes la osadía de preguntar? ¿Es que acaso no entiendes como nos sentimos con tus cambios de humor tan repentinos? ¿Qué demonios sucede contigo? ¿O es que tanto deseas que me vaya a tal punto de arruinar el ánimo de todo el mundo?

- ¿Y qué querías? ¿Que actúe como si nada cuando te escucho decir que no me darás ninguna oportunidad? ¿Qué ni siquiera concibes la idea de que pueda gustarte? ¿Aun cuando me ilusione con tu trato amable de ayer y de hoy, aun cuando te observo cada día, cuando me preocupo por ti y tu no te das cuenta de lo mucho que me gustas?- su voz casi se desgarro en la última oración, por lo que para no verse más débil salió de la habitación huyendo de mí, del presente, de su inesperada confesión, huyendo de todo.

No podía creer que las palabras que acababa de escuchar fueran ciertas, estaba estupefacta, transcurrieron apenas un par de segundos hasta que logre reponerme pero parecieron horas debido a la cantidad de pensamientos que rondaron a mí alrededor.

Cinderella y los 7 enanitos (Got7 y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora