Cinderella y los 7 enanitos (Got7 y tu)

# 62

Eh llorado durante horas sin darme cuenta, y es que el tiempo que estuve perdida en mis pensamientos al parecer fue muy largo, porque mientras caminaba de regreso a casa me percate que comenzaba a oscurecer, pero no importa, es mejor así, llegare calmada para que nadie tenga que preocuparse por mí, esperaré un poco más para volver a mis sentidos por completo y así tener el mismo estado de ánimo de siempre cuando me reúna con el grupo.

Cuando por fin vuelvo a casa me topo en la puerta con un Jackson furioso, lo sé porque al llegar no me saludo, al contrario, se paró de su asiento y se dirigió a su habitación, tal y como lo hacía cuando comencé a vivir aquí.

Por supuesto me extraño mucho la actitud de mi novio, y mucho más me inquieté al notar las miradas de los integrantes de Got7 que pudieron perforar una pared de no haber estado yo en medio. No entendía la razón y al parecer ellos no estaban dispuestos a hablar, tan solo me miraban como si quisieran preguntar algo para lo que ya tenían respuesta, una que definitivamente no querían escuchar.

Fue como siempre Yugyeom quien pone todo en su lugar con una actitud fresca y muy masculina, como si fuera quien manda en el lugar. Se levantó de su lugar, se acercó a mí, y me rodeo con su brazo, Jb se levantó para apartarlo, pero Yugyeom no se lo permitió.

—Espera líder, espera, para que eres tan lento, le dijo el más joven del grupo.

Jb no pudo decir nada, le gano la risa sarcástica hacia su compañero que continuo su jugada.

—Muy bien, por fin nuestro pequeño cachorrito dejará la manada, lástima que haya sido tan pronto, ojalá pudieras quedarte más tiempo con nosotros.

Una vez dicho esto todos se levantaron de sus asientos para dejar la sala.

Aunque ahora entiendo el porqué de su actitud al llegar a casa, no me cabe en la cabeza la razón por la que siguen molestos, no es como si fuese algo nuevo, en algún momento esto pasaría, y todos estábamos enterados de ello.

—Entonces leyeron el correo que envió mi Papá—dije en voz alta antes de que terminaran de salir de la habitación

—Lo dejaste abierto en mi computador y sin querer lo leí, lo siento—contesto Bambam con un tono un poco seco

—da igual, lo que no da igual es que no pregunten primero, la verdad es que decidí no regresar, claro si eso a ustedes no les molesta— termine la oración victimizándome a mí misma, no se porque lo hice, pero salió genial.

Después de mi última frase todos se volvieron y me llenaron de abrazos y mimos (no esperaba menos), preguntaron porque no me iba, y aseguraron que si yo deseaba viviría con ellos el resto de mi vida. Definitivamente estos muchachos son los mejores con quienes te puedes encontrar.

Ahora solo queda explicárselo a Jackson.