Cinderella y los 7 enanitos (Got7 y tu)

# 9

La discusión continúo hasta que Jackson dijo: "seguro es por tu hierba que tus papas no quieren volver a verte", ¡¡¡Vete al infierno dije yo!!! Y, habiéndome visto sin argumentos me metí en mi cuarto y azoté la puerta.

Estaba tan enojada de escuchar a Jackson hablar de esa manera que solo me metí en la regadera por un par de minutos, me puse lo primero que encontré y me metí en la cama, muy molesta aun daba vueltas dentro de ella pensando en las palabras que acababa de escuchar y maldiciendo a quien las había dicho.

Me desperté después de escuchar que tocaban mi puerta, me bañe y vestí lo más rápido que pude, cuando salí de la habitación los chicos aún no estaban listos.

Pensamos que te demorarías un montón por lo que te despertamos temprano— dijo Youngjae, y se metió al baño.

Verlos a todos de un lado a otro es divertido, se piden ropa prestada, preguntan por sus elementos de aseo personal y cuando me miran solo sonríen.

—¡Esta todo en su lugar!— dije yo levantando la voz para que todos escucharan. Quienes estaban a la vista regresaron a ver un poco extrañados, cada uno se dirigió a su cuarto y el correteo se detuvo al instante, pues todo lo que necesitaban estaba al alcance de la mano.

Prepare tostadas con mermelada y leche chocolatada (mi desayuno preferido), los llame a todos a comer y fui testigo del desfile —que inició por Jackson— para tomar cada uno su par de tostadas y su vaso de leche.

Cuando el desfile terminó abandone la cocina con la intención de esperar que estuvieran listos en mi habitación, pero me topé con todos sentados en la sala disfrutando de una agradable conversación y esperando el momento para ir a la agencia.

Me senté junto a ellos. Nunca nos habíamos demorado tan poco en estar listos para salir —dijo Mark— esa es la diferencia de tener todo en orden —agregó Bambam en todo sarcástico y mirando a Jackson, que al parecer es el más desordenado— de ahora en adelante todos deben poner orden en esta casa, ya hemos visto el bien que nos hace —mencionó Jb mientras reía a carcajadas.

Después de terminar de comer quise recoger la vajilla, a lo que se negaron, esta vez cada uno fue a la cocina y lavo su plato y su vaso, por supuesto yo hice lo mismo.

El teléfono sonó, contestó el líder, era su manager avisando que estaba cerca de edificio, bajamos todos entre risas, en mi mente no tenía la idea de trabajar como parte del staff para ellos como lo habían sugerido la noche anterior, solo pensaba pasármela bien conociendo como son los días laborales de los famosos.

Fui la primera en entrar a la furgoneta, el manager me saludó muy amable, ¿así que tú eres ________(TN)? Preguntó, Mark subió detrás de mí y respondió en mi nombre, "si, ella es nuestra nena" y me dedico un giño. Me había presentado el primer día al llegar al apartamento, pero desde que Mark me escucho decirme nena, se refiere a mí de la misma manera, poco a poco los demás fueron tomando confianza y ahora todos me llaman así.

Ya en la agencia los chicos me presentan al equipo que trabaja con ellos, no todos hablan inglés por lo que se me complica un poco comunicarme, pero bendito sea el lenguaje corporal que, al parecer, se convertirá en mi más grande aliado durante esta temporada.

Me dejaron con el equipo mientras el manager se los llevaba para hablar con el presidente de la compañía, fue un momento agradable, quienes hablan inglés me hacían diferentes preguntas sobre mi país, y yo les preguntaba a ellos, quienes no entendían escuchaban igual de atentos que los demás mientras alguno de sus amigos les traducía.

Cuando el grupo regresó, comenzaron la práctica, una de las bailarinas estaba ausente, sin embargo empezaron sin ella, después de un par de repasos, al ver que su compañera no llegaría, me sugirieron unirme al grupo, no quise hacerlo pues entorpecería la coreografía.

Ven aquí me dijo Jackson levantándome del piso (en donde estaba sentada observándolos), por lo menos puedes hacer que nos riamos un poco.

-Yo seguía enojada con él - ¿Esta es tu forma de disculparte? - Le susurre, me soltó y respondió enojado, casi a gritos - no tengo nada de qué disculparme.

Todos nos miraban sorprendidos, pero no podía permitirme armar una escena en el lugar de trabajo de quienes me habían acogido (sueno como un cachorro perdido lo sé)

Me encogí de hombros e intenté seguir la coreografía junto a los demás.