Capitulo 4.

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Capitulo 4.

-Veamos una película.

Camila: Lolo.. -me miró extraño.- estás muy lejos, ¿No lo crees?

-Camila. -reí.- Buscamos una película en la televisión y ambas sintonizamos el mismo canal. ¿Ahora podemos ver una película?.

Esta vez asintió y encendió su televisión con una sonrisa en su rostro.

-Espera.. ¿Y tus amigas?.

Camila: Se fueron, al igual que mis padres y Sofi.

-Bueno. -le guiñé e inhalé de mi cigarrillo.- Una película de miedo, ¿De acuerdo?.

Camila: Pero Lauren estoy sola en casa.

-Camz. -hice un mohín.- Por favor.

Camila: Está bien. -habló frustrada.- ¿Pero y si ocurre algo?.

-No va ocurrir nada, Camz.

Encendí mi televisión y comencé a ver cada programa o película, hasta que encontré una. La que ya había visto por cierto.

Camila: No.

-Oh, sí. -sonreí.- Sintoniza el canal cuarenta.

La película a penas estaba comenzando, y sabía que no daba mucho miedo, así que era buena para Camila.

Camila: Debo buscar algo para comer, Lolo.

Se levantó de su cama y salió de su habitación rápidamente.

-¡Camila! -le grité.- ¡Vuelve!.

Ella apareció frente a la pantalla nuevamente con una sonrisa que mostraba todos sus dientes, viéndose hermosa.

-Llévame contigo. -hice un mohín y pestañeé rápidamente.- Por favor.

Camila: Bueno, sabes que no puedo negarme a esos ojos.

Tomó la computadora y caminó "conmigo" hasta la primera planta, dirigiéndose a la cocina, yo solo pudiendo ver su barbilla y su pechos. Dios.

-Indirectamente dijiste que te gustan mis ojos.

Dije en un susurro cuando dejó la computadora sobre la mesa de la cocina.

Camila: Bueno.. -lo pensó.- sí, me encantan tus ojos. Son hermosos.

-Me halagas, Cabello. A mi también me encantan tus ojos.

Agradecí que mis palabras no salieran temblorosas, lo que sería bastante vergonzoso.

Camila: Son de color café, son horribles. No me gustan.

Sacó un poco de queso de su nevera, y logró un emparedado con queso y un vaso de jugo.

-Para mí son hermosos. -dije con sinceridad.- Oye.. ese emparedado debió de quedarte increíble.

Bromeé, cualquiera puede hacer un emparedado con queso, y me gustaba molestarla.

Camila: Ja, Ja. -tomó la computadora y subió hacia su habitación.- Muy graciosa.

-Oye, lo de tus ojos en cierto.

Camila: Entonces no crees que mi emparedado quedó increíble... diablos, me has puesto muy triste.

-Lo siento. -reí.- Me gustaría que hicieras uno para mí.

Situó la computadora ahora en su mesa de noche y se volvió a sentar en su cama, mirando la televisión y comiendo de su emparedado.

Camila: Ven aquí, te haré uno.

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