Capítulo 36.

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Capítulo 36.

*POV Camila*.

Cubrí mi rostro por tercera vez al ver mi computadora. Donde podía ver el gran moretón que tenía mi novia alrededor de su labio inferior, acompañado de un pequeño corte.

Lauren: En unas semanas ya no habrá nada.

-Es muy grande.

Lauren: Lo sé. -rió, mientras se acercaba un poco más a la cámara para verse a sí misma.- Aunque sigo igual de atractiva.

Reí con ella, tratando de aliviar la angustia que me provocaba verla de esa manera. Tan golpeada, y sin siquiera poder acariciarla para aliviar el dolor que sentía.

-¿Cuándo podrás ir a la escuela?

Lauren: En un par de días. Ojalá nunca.

-Ya basta. Debes ir a la escuela. -la regañé, y ella sólo alzó sus hombros. Restándole importancia.- ¿Me puedes prometer algo?

Lauren: Hm.. lo pensaré.

-Vamos, Lauren. Quiero que cuando vuelvas a la escuela te esfuerces lo más posible. Que saques las mejores calificaciones... que no te vayas de clases cuando se te de la gana.

Lauren: ¿Por qué?

-Porque estás en último año. -rodé los ojos.- Para que consigas una beca en la universidad a la que quieras ir, para que las universidades se peleen por ti y lo inteligente que eres. Eres la persona más inteligente que conozco, y simplemente... no estás haciendo nada con ello.

Ella guardó silencio, sin siquiera mirar la pantalla.
Ella sabía perfectamente sus capacidades, y cuánto las estaba desperdiciando, pero yo no podía hacer nada más. Mucho menos estando tan lejos de ella.

Lauren: ¿Y crees que podremos hacerlo?

-¿De qué hablas?

Lauren: Estar lejos aún cuando estemos en la universidad.

-Estamos bien ahora. Podremos con eso.

Lauren: Pero en la universidad conocerás gente nueva y... quizás a alguien mejor que yo.

-Te aseguro que no hay nadie mejor que tú.

Lauren: Eres linda.

Susurró, mientras me miraba fijamente con una de sus manos sujetando su rostro. Con un brillo en sus ojos tan hermoso, pero sólo pude ver las heridas de su rostro, generándome un nudo en la garganta.

-Intenta no pelear tan seguido, porque mira cómo te dejan.

Lauren: Sí, lo intentaré.

Pero eso no pasó.
Sus peleas de vez en cuando, se transformaron en peleas de todos los fines de semana, tres veces por semana, incluso hasta día por medio.
Nunca supe cómo o qué fue lo que pasó, pero cada vez se veía más ansiosa, más inquieta, más eufórica.

Cada vez que hablábamos por video llamada y yo me quedaba dormida, despertaba para ir a la escuela y ella seguía allí. Dibujando o leyendo como si las horas no pasaran en lo absoluto.
Sus manos temblaban todo el tiempo, hablaba tan rápido que la mayoría del veces ni siquiera le entendía. No estaba asistiendo a la escuela, yo sabiendo esto gracias a Lucy, quien ya no la veía casi en ningún momento.

Pero se le veía realmente feliz, porque al parecer le encantaba pelear, o al menos le encantaba ganar.
Era tan constante en ello, que ya podía participar en competencias. Pero me estaba asustando el cambio repentino que ha estado teniendo. Me asustaba no saber si estaba perdiendo el control, y no estar allí para ella. Me asustaba que no me contara lo que estaba pasando en realidad.

*POV Lauren*.

Sam: Vamos, Lauren. Ella es lenta, pero muy fuerte y puede noquearte.

-No es problema.

Reí emocionada, mientras mi entrenador se retiraba del camarín para ir a esperarme a un lado del cuadrilátero.
Abrí mi bolso desesperada, sacando un poco de mis drogas e inhalar el polvo blanco y pastoso rápidamente.

Cuando vi que ya no me quedaba casi nada, y comencé a desesperarme por mi próxima dosis.
Guardé mis cosas en mi bolso cuando sentí golpes en la puerta, entrando Lucy segundos después.

Lucy: ¡Hey! -dijo emocionada dando unos golpes al aire.- ¿Cómo te sientes para gol..

Ella se detuvo unos momentos al mirarme, y se acercó entregándome un pequeño pañuelo.
La miré con el ceño fruncido, no entendiendo lo que le sucedía.

Lucy: Estás sangrando.

Llevé una de mis manos a mi nariz, manchándome de sangre. Por lo que tomé el pañuelo que me ofreció y cubrí mi nariz con él.

-Tranquila, deben ser los nervios o algo.

Lucy: ¿Estás segura? -se sentó a mi lado, preocupada.- Le puedo decir a Sam, y nos vamos a casa. Estás peleando muy seguido, tal vez ya se te derritió el cerebro o algo.

La empujé un poco y le sonreí.
Cuando dejé de sangrar, limpié bien mi nariz y coloqué las vendas en mis manos, con ayuda de mi mejor amiga.
Intenté respirar profundo, pero no pude hacerlo por la reacción que las drogas ya estaban provocándome.
Estaba agitada ya antes de pelear, y me encantaba.

La chica con la que me tocaba pelear se veía realmente asustada y nueva en todo esto después de todos los golpes que le había dado en los primeros encuentros. Pude sentir la adrenalina subir por mi cuerpo, dándome cuenta del control que tenía.

El réferi dio comienzo al último round, y yo ya le había dado tres fuertes golpes al rostro, dejándola mareada y permitiéndome volver a golpearla.
Ella perdió el equilibrio, y quedó sujetándose de una de las esquinas del ring, mientras el réferi levantaba mi mano, indicándome que había ganado.

Me bajé del cuadrilátero, escuchando las felicitaciones de mi entrenador y de mi mejor amiga, pero yo sólo podía pensar en una cosa.
Entré nuevamente al camarín, abrí mi bolso y tomé la pequeña bolsita. Dejé todo el contenido sobre la palma de mi mano, aspirando lo poco que me quedaba, y volviendo a sentirme increíble.

Tosí un par de veces al estar haciéndolo tan rápido, pero luego pude calmarme y reaccionar frente a lo que realmente estaba pasando.
Qué estaba haciendo.

Lucy: ¡Felicidades! -entró dando saltitos.- Ahora vamos a celebrar.

-¡Te he dicho que no entres sin tocar a la puerta! -le grité, y sus saltos se detuvieron. Viéndome con una notoria confusión.- Maldición.

Lucy: ¿Qué te pasa? -se acercó un poco.- Acabas de ganar, ¡Y fue asombroso!

Gritó emocionada y volviendo a dar unos pequeños saltos.

-Sal unos momentos. Debo cambiarme.

Lucy: Pero Lauren..

-¡Que salgas ya!

La empujé contra la puerta, y le hice daño por la expresión de su rostro. Pero ella simplemente me volvió a entregar un pañuelo antes de salir del camarín.

Lucy: Estás sangrando.

Susurró.

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