Capitulo 6.

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Capitulo 6.

*POV Lauren.*

Abrí mis ojos por el sol que entraba por los costados de mi ventana que me obligó a cerrarlos otra vez.
Mi tía entró a mi habitación y se dirigió de inmediato a las ventanas para abrir las persianas. Como odio a esta mujer.

Anna: Lauren, levántate. Estás tarde para el trabajo.

-No trabajaría si me dieras algo de dinero.

Anna: Niña, si te doy dinero.

-Claro, con diez dólares para toda la semana es más que suficiente.

Hablé con sarcasmo mientras me levantaba de la cama y caminaba hasta el armario, sin siquiera mirarla.

Anna: ¿Quieres más?. -se cruzó de brazos.- Agradece que te estamos cuidando, porque si no fuera así estarías en un orfanato, o conociéndote, estarías en la calle.

-¿Agradecerte?. -negué con mi cabeza.- Nunca te agradeceré, porque has arruinado mi vida más de lo que ya estaba. Y ahora, ¿Puedes salir de mi habitación de una vez?.

Ella sin más salió y yo entré al baño para darme una rápida ducha. Debía salir para el trabajo.
Ser mesera no era tan malo después de todo, pero lo de cumplir horario claramente no iba conmigo, siempre llagaba tarde.

Salí de casa, inmediatamente subiendo a mi auto, y a penas llegué al primer semáforo mi teléfono comenzó a sonar en el asiento de al lado.
Dudé un poco de tomarlo, pero como estaba en luz roja, aproveché y contesté.

-¿Hola?.

Camila: Hola, Lolo. ¿Cómo estás?.

-Estoy muy bien. -avancé el auto, por la luz verde que había aparecido. Sujeté el teléfono contra mi hombro para que no cayera.- ¿Y tú?.

Camila: Bien. Oye.. -suspiró nerviosa.- Me gustaría hablar contigo.

-Estamos hablando. -reí un poco.- Bueno, pero.. ¿Ahora?. -aceleré un poco más el auto.- Camz, estoy conduciendo, no creo que..

Frené de golpe al haberme dado cuenta de que había pasado una señal de tránsito para detenerme. El teléfono se cayó entre mis piernas. Aceleré otra vez y me aparqué frente al estúpido restaurante, segundos después volví a tomar el teléfono, escuchando como Camila me gritaba.

-Lo siento, se me cayó el teléfono.

Camila: ¡Me asustaste, idiota! -gritó.- ¡Pensé que te había ocurrido algo, Lauren!.

-Hey, estoy bien, tranquila.

Camila: ¡Diablos, Lauren!. -volvió a gritar.- ¿¡Por qué me contestaste!?, ¡Estabas conduciendo!.

-Camila, linda, cálmate. -reí un poco, bajándome del auto y corriendo hacia dentro del restaurante. Yendo hacia la parte trasera para cambiarme.- Solo me gustó la idea de hablar contigo, eso es todo. Lo siento.

Camila: No vuelvas hacerlo, ¿Y si te sucede algo?, ¡La culpa me la llevaré yo!.

-De acuerdo. -sonreí por la ternura que me dio que se preocupara por mí.- Oye, podríamos hablar más tarde, a las seis, ¿Te parece?.

Camila: Muy bien, a las seis. -rió un poco.- Adiós, cuídate mucho.

-Adiós, bonita. Lo haré. Te quiero.

Camila: Igual yo.

Corté, negué con mi cabeza y sonreí.
Coloqué mi camisa para comenzar a trabajar, lo que no quería.
Para mi suerte nadie notó que venía tarde, o eso pareció.
Tomé mi pequeña libreta y salí hacia la parte principal. Agradeciendo a que no había nadie por ser tan temprano. Suspiré aliviada por eso, sentándome en una de las sillas justo al lado del pequeño bar, y tomé un vaso para solo sirviéndome agua.
Llegó Veronica a mi lado, una amiga desde que trabajo aquí, ella, al igual que yo, es mesera del lugar.

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