Yo.

127 16 2
                                    

No había cambios. Me senté como siempre, en el tronco seco que estaba caído entre los muchos árboles. Me recoste aún más y miré la hora.

4:30

No había señales de Arlo y empecé a cambiar de opinión. Quizás es un imbécil. Pero imbécil por hacerme creer que vendría y que me seguiría.

No sé qué hago pensando en esto. No he leído ninguno de mis libros pensando en él.

Pero esto no se trataba de él. Era de mi.

Pronto escuche un crujido detrás mío. Giré rápidamente mi cabeza y pude ver a un muchacho de cabellos negros parado.

Me paré.

- ¿Quién eres tu? - Pregunté.

- Yo.

Cartas a mi soledad [Terminado] #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora