A veces creo que he exagerado con mi vicio... Bueno, para mi es una forma de vida.
Mi tía no sabe de mi, es más ni le importo. Sólo vivo con ella porque ella así lo quiere, y es la única manera de mantenerme lejos de prisión. Estaba bien, una noche caminando solo hasta que trataron de aslatarme.
Era un muchacho pálido, al parecer primerizo. Se veía que miraba hacia atrás como si recibiera ordenes. El cuchillo que llevaba en las manos temblaba a medida que el se acercaba a mi. Sólo me reí.
- D-Dame todo lo que tienes... O...
- ¿Me matarás?
Me reí. Realmente era patético. En un movimiento rápido le quite el cuchillo y sin pensarlo le tomé por el brazo derecho. Luego le até de manos mientras con mi otra mano sostenía el cuchillo a la altura de su cuello. El pequeño comenzó a llorar.
- No me mates.
- ¿Qué tu no me ibas a matar?
No lo pensé. Pase el cuchillo rápidamente por su cuello, viendo como aún su rostro se desfiguraba por la muerte cerebral. La sangre me saltó bastante. Miré su rostro, el podía tener apenas 15 años. Voltee a ver, y un hombre se acercó a mi.
- ¿Porqué lo mataste?
- ¿No es obvio?
- Muchacho, deberías irte de aquí si no quieres problemas.
- Entonces no me jodan con novatos.
Sonreí mientras este hombre sacaba quizá un arma. Aún tenía el cuchillo en mi mano.
- ¿Me vas a matar a mi ahora?
El hombre se enojó. Olvidé que vine a hacer aquí.
- No. ¿Cuál es tu nombre?
-... ¿Para qué quieres saber?
- Eres hábil. Necesitamos gente así. Y puedes ganar mucho dinero.
De su bolsillo, saco una pistola quizá una clock. De noche no se veía bien. Luego, saco una tarjeta y me la dio.
- Si te interesa llama. Sino, vete.
Me di la vuelta y empecé a caminar. Me metí en el bosque, donde caminé en línea recta. Al adentrarme llegué donde estaba un tronco caído. Las estrellas iluminaban bien aquel espacio, y solo me senté.
Sabia que tenía que venir aquí, pero no recuerdo porque.
Ah... Loella.
Loella. Por ella es que vine aquí. No recuerdo la última vez que pude verla, sentirla junto a mi. Mi mente me traiciona cada vez más, haciendo que olvide todos los buenos momentos con ella. Mi tía me mete ideas en la cabeza sobre Loella y su familia e incluso he dejado que me convenza sobre todo eso.
No debería ser así.
La extraño, pero no recuerdo como era su voz. No recuerdo como era abrazarla, besarla. Sentirla. Mirar mi mano y saber que ella no esta, mirar al cielo pensando que ella se forma entre las nubes...
No entiendo que me pasa a mi.
Casi la mato la otra vez. Casi mato lo que ame, y amaré siempre.
La tarjeta, la miré mientras pensaba sobre una vida con Loella. Si bien quería mejorar... Debería dejar de matar gente. El pueblo es pequeño, no hay mucha gente. Y es notorio cuando se empieza a perder población.
Pero era algo que no podía contener. Era tan simple de hacer. Un placer que mi daga y yo no podíamos ocultar. Un placer prohibido...
Debía dejar este mundo.
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Cartas a mi soledad [Terminado] #Wattys2016
Teen Fiction¿Qué es peor? Un psicópata a tu lado... O amarlo intensamente. "No necesitas mezclar la tristeza y el amor, cuando un hombre tiene un poco de ambas." Porque... Incluso darlo todo puede ser peligroso.