La segunda noche que pasamos, fue viajando. Arlo consiguió algo de dinero vendiendo mi celular. Algo que debo admitir me costó dejar, me aferre mucho a ese aparato.
El dinero nos bastó para viajar y decidimos hacerlo de una vez por todas. Sonreí cuando iba al lado de la ventana y veía como Arlo dormía apoyando su cabeza en mi hombro. Acaricie sus cabellos y le miré bastante durante la noche. Hasta que yo me dormí también.
Al día siguiente, ambos bajamos del bus. Se sentía extraño, me sentía diferente.
- Loella, tu pantalón esta manchado.
- ¿Qué?
Mierda... Momento.
- ¿Eso es sangre? - Me dijo Arlo tocando mi trasero disimuladamente.
Me reí, y asentí.
- No toques. - Le reproche. - ¿Sabes que significa?
- No estas...
Asentí. Le abracé.
- Perdón, no quería hacerte creer que estaba embarazada Arlo.
El negó con la cabeza. Suspiro y me miró.
- Te amo Loella.
- Yo también te amo mucho, Arlo.
Pero, que haría si mi pantalón estaba manchado. Tenía toallitas de respuesto. Por suerte. Decidí quitarme la chaqueta y la envolvi en mi cadera, de modo que taparia mi pequeño accidente.
Era grato saber que no esperaba familia.
- Arlo... ¿Qué hacemos ahora?
- No lo sé. Puedo buscar trabajo, conozco un amigo cerca de aquí, podemos pedirle cobijo por algunas noches y podemos pagarnos un alquiler.
Asentí con mi cabeza.
- Vale, entonces busquemos a tu amigo.
Arlo me tomó de la mano. Le tome con fuerza la mano y la apreté. El correspondió igual, solo que más fuerte. Me dolió, pero me gustó saber que el entendió que quería.
No era complicado saber nis caprichos. Pero me los reservaba siempre. No pedía mucho, no reclamaba por regalos. Pero Arlo sacó esa niña caprichosa en mi.
Como odio que haya hecho eso. Él simplemente rompió mis esquemas.
Sonreí para mi misma durante todo el camino. Pero me sentía incómoda con mi pantalón manchado. Me dije a Arlo que me acompañe a un baño público para poder cambiarme.
Me sentía más tranquila también. Pero mi corazón latía con más fuerza. A cada pasó que yo daba, con Arlo o sola, una corazonada me advertía de algo. Mi razón me reclamaba siempre. Mi corazón está vez también. Pero la Loella nueva estaba quedando un poco atrás.
No sabía que hacer. Ni que decir. Ni que pensar.
Era peor que no saber lo que no sabes. Me reproche a mi misma esto, muchas veces. Pero algo hacia que olvide todo eso. Mi capricho, mi nueva meta. Mi yo nueva me decía que lo ame. La vieja me decía simplemente que tenga cuidado. ¿Quién gana a la final?
![](https://img.wattpad.com/cover/57719985-288-k795960.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Cartas a mi soledad [Terminado] #Wattys2016
Novela Juvenil¿Qué es peor? Un psicópata a tu lado... O amarlo intensamente. "No necesitas mezclar la tristeza y el amor, cuando un hombre tiene un poco de ambas." Porque... Incluso darlo todo puede ser peligroso.