Ya no quiero nada.

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Si, mi vida se estaba haciendo mierda. Las pocas veces que reflexione sobre mi vida, lo hice sobre cadáveres.

Debía dejar de hacerlo en algún momento. Loella se enterará. Se enterará y ella me odiara. Por seguro eso nos alejaría, y algo en mi decía a gritos que le diga que hacía.

En vez de ayudarla y amarla más cada día... Hago que el pesar en ella crezca.

Si, ella puede ser torpe... Puede tener todos los defectos del mundo. Pero es la única a la que he abierto mi corazón. Ella es dueña de mi vida... A ese extremo he llegado yo.

Quiero que ella sea la madre de mis hijos, la que vea por las mañanas todos los días. La que me espere después de un día largo de trabajo.

Que sea la mujer que siempre ha sido.

Pero ya no quiero nada más.

Loella no merece estar con alguien como yo... Y me duele. Me duele la idea de tener que dejarla.

Y peor, las cosas legalmente no iban bien. Debo admitir que empecé a odiar ser mayor de edad. Ya cumpliría 20 en unos días. ¿Qué más me quedaba?

Era visto como un violador. Pero Loella rectificó que tuve relaciones con ella... Con su consentimiento. Eso es llamado también estupro. Por cualquiera de las dos, igual salía perdiendo.

Tuve suerte cuando su padre quiso firmar un desistimiento. Reconozco que el hace lo posible por Loella. Aunque me he preguntado si ella tiene madre. Nunca me lo ha comentado.

Pese a todo eso... Yo sigo con ella.

Es mi prueba de amor la que le estoy dando. Pero simplemente ya no quiero nada, no quiero volver al pasado. No quiero voltear a la esquina y recordar las veces que caminábamos juntos, todas las veces que teníamos eso, todas las veces que podía ver su sonrisa.

Empecé a odiarme a mi mismo desde ese entonces.

Cartas a mi soledad [Terminado] #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora