Cartas a mi soledad [Terminado] #Wattys2016

Mi verdad.

Era obvio.

Fue duro todo el tiempo que estuve en la escuela. Pero pude disfrutar de mi último año aprendiendo a ser más fuerte cada día.

Si, es difícil. Lo es. Realmente. Quisiera entender que son las sensaciones que tengo cuando estoy con Arlo a solas, cuando x o z persona están por ahí mirando esperando a que cometamos un error. Nunca me había importado la gente, hasta que me di cuenta del daño que me hacía. Era tente tóxica.

Aquellas personas eligieron hablar de mi vida, y por si fuera poco les encantó inventar rumores. Rumores que lamentablemente mi padre creía. Y que decir de mi madre. Ella había vuelto de su largo viaje. Un poco tarde pero ella volvió.

No quiero ni pensar en lo que me dirá.

- Loella, cada cosa que haces... Se nota que te encanta pelear conmigo.

Muchas veces peleabamos por estupideces. Por cosas tan absurdas como saber si ella quiere desayunar o no. Cosas que no toleraba. Así como ella no conseguía aceptarme, aceptar a su hija... Yo menos podía hacerlo con ella.

No, no la odio. Simplemente me he cansado deben régimen el cual te obliga a estar tu vida en un hogar que ya no es tu hogar. Cuando tus ambiciones son ser independiente, la verdad no creo que haya honor más grande que graduarse de una universidad y ser libre.

Me sentía abrumada, abrumada de la vida que tenía. Muchas chicas, me imagino, son diferentes con sus padres: más cariñosas, tiernas, amables.

Y vengo yo a romper los esquemas. No es que sea torpe. Simplemente me cuesta abrirme en mi casa. No puedo hablar abiertamente con mi madre. Ella no me entendería aunque quisiera.

Mi padre... Es neutral, pero tampoco quiero decirle mis cosas.

Es increíble que no confíe en mis padres.
Pero si en un chico que acaba de conocer.
Algo ridículo. Pero es verdad.

La vida me es demasiado corta como para pensar en consecuencias, y mucho menos para pensar en mi familia.

No era egoísta. Pero era así.

Todo eso, pensé durante mi graduación. Arlo asistió y pudo ver como salía con mi birrete y mi diploma en mano.

Me faltaba poco para ser libre de verdad.