Arlo había venido a verme de lejos. Salí de clases un día, justo después de salir del aula el estaba hablando con unas muchachas. Quise ignorar eso, pero cuando pasé por su lado el me tomó del brazo.
- ¿A dónde crees que vas?
Le miré asustada. A la vez un poco feliz.
- A casa.
Le miré, su forma de vestir, su peinado. Todo el era un nuevo Arlo. Su perfume, aquel que amaba oler... Había cambiado también.
Donde estábamos había mucha gente. Aún así el me tomó de la mano y me acompañó hasta el centro de la ciudad. Pese que podían vernos, pese que podían pasar muchas cosas... El sentir de su mano con la mía. El saber que el está aquí de nuevo.
Ya no estoy sola.
Pero es limitado. El ya no tiene tanto tiempo para mi como antes y la pena el dolor... Esto es difícil, porque no puedo saber que pasará después. Si el cambiará, si las cosas empeorarán.
¿Qué sería lo peor que puede pasar?
Arlo no me habló durante el camino, pero me tomó la mano con fuerza. Miraba a mo alrededor, recelando sobre nosotros.
El miedo que sentía se desvanecía a medida que caminaba con el de la mano, pero... Algo dentro de mi decía que no lo hiciera.
Jale a Arlo por el camino que llevaba al bosque. Ese es nuestro lugar.
- Quería hablarte sabes.
- ¿Qué pasó? - El me sonrió ampliamente. Era una calidad que no podía describir.
- Me preocupa todo esto... Es decir tengo miedo, pero al estar contigo todo eso se va.
A medida que nos adentramos en el bosque, la seguridad volvió. Esta vez podíamos hablar con normalidad.
- Loella tranquila.
- Es que es difícil Arlo. La universidad nos ha separado y apenas tenemos tiempo de estar juntos.
- Pero la restricción.
- Lo sé. Pero me duele... Y mucho. El saber que no puedo tenerte como antes, es un vacío que no puedo llenar.
Sus ojos estaban llorosos. Arlo, ese muchacho que me había cautivado. Aunque haya tratado de matarme. Lo amo.
- Loella estaré aquí para ti siempre. Quizás no podamos vernos a menudo. Pero te esperaré.
Sonreí.
- Además ten fe que las cosas van a cambiar. Pero seamos cautelosos. Te amo.
Sus palabras me tranquilizaban. Pero me sentía insegura aun. Mi corazón me advertía y como era usual, algo llegaría a pasar.
- Arlo no quiero perderte. Me siento feliz así, pero... Tengo unas amigas. Y la verdad ellas son la única compañía ahí dentro. Y estas tu que vienes a veces.
- Lo siento pero no quiero ser imprudente.
Algo dentro de mi gritaba que lo quería para mi 24/7.
- Te quiero junto a mi Arlo.
El me abrazó y no me soltó. La calidad de su pecho, de sus fuertes brazos. Del olor, el aloe que desprendía. Empecé a sentir de todo un poco, y mi corazón delataba que me sentía feliz.
Pero también se hacían anormales los latidos a tal extremo que llegaron a doler. El dolor recorrió mi cuello y bajo constantemente evitando que respire normal. Alejé a Arlo y le miré a penas.
Cuando cerré los ojos, parecía que soñaba una vida con el como siempre... Pero esta vez... No era como yo lo esperaba.
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Cartas a mi soledad [Terminado] #Wattys2016
Novela Juvenil¿Qué es peor? Un psicópata a tu lado... O amarlo intensamente. "No necesitas mezclar la tristeza y el amor, cuando un hombre tiene un poco de ambas." Porque... Incluso darlo todo puede ser peligroso.