Capitulo 24

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—No recuerdo estos caminos —dice Zayn desde el asiento del conductor.

Es finales de septiembre y nos hemos organizado para irnos de viaje juntos, sólo nosotros tres. Mis padres no estaban para nada contentos con la idea de que Jake y yo fuéramos solos con Zayn, e hicieron saber sus temores cuando hubo otra historia sobre él en los periódicos, pero fui insistente. Jake necesita pasar algo de tiempo con su papá. Su verdadero papá. Y quién sabe dónde la loca vida de Zayn lo llevará en los meses y años venideros. Tenemos que aprovechar la mayor parte del tiempo cuando no está de gira o trabajando o haciendo Dios sabe qué mientras todavía lo tengamos.

—No condujiste por ellas —comento—. Estabas demasiado borracho en ese momento. ¡Más despacio! —exclamo.

—Genial. —Él ríe mientras toma otra curva a una velocidad vertiginosa—. Dios, extraño esto.

—¿Qué?

—Conducir por estos caminos de campo. Maldición, me encanta el norte.

Estamos en los Yorkshire Dales, casi en nuestro destino. Vamos a la casa donde llevé a Zayn hace más de dos años y medio; esa vez que lo obligue a dejar las drogas completamente. Es privado, aislado y familiar. Es perfecto.

—Luce diferente a como lo recuerdo —reflexiona un rato después, cuando llegamos a la cabaña que está al final de un largo camino de tierra.

—Era pleno invierno en ese entonces. Así es más como lo recuerdo de mi infancia. —Vine aquí con mis padres una vez después de que mi hermana se fuera a la universidad. Sólo tenía unos diez años.

Levanto la vista a la cabaña de piedra gris de dos pisos. Está rodeada por un muro de piedra y hay una colina cubierta de hierba de color verde que se eleva detrás de la casa. Recuerdo salir de la cabaña un día, la mañana después de que me acosté con Zayn, para verlo sentado en la cima, rasgueando su guitarra. Fue entonces que escribió mi canción. Mariposas aletean a través de mí.

Zayn saca nuestras maletas del maletero mientras saco a Jake de su silla de seguridad.

—Será mejor que nos aseguramos de mantener las puertas cerradas —digo, intentando actuar normal—. No queremos que se caiga en ese arroyo en el jardín.

—No —coincide Zayn, cerrando el maletero y encontrando mis ojos sobre el techo del auto. Me obligo a mirar a mi hijo y sonreír, tratando de ignorar la sensación de escalofrío en mi interior.

Jake y yo tomamos la habitación de frente al camino, mientras que Zayn tiene la habitación que mira a la colina. Es igual a como fue hace dos años y medio, y no hay necesidad de cambiar las cosas. Hemos traído nuestra propia cuna de viaje así que la ensamblo mientras Zayn entretiene a Jake, luego bajo las escaleras al trote para encontrar una casa vacía. Salgo por la puerta trasera en busca de mis chicos, y luego me detengo de repente cuando me doy cuenta de que acabo de llamarlos "mis chicos", como solía hacerlo con Liam.

Respiro profundo y continúo mi búsqueda. Los encuentro en el jardín. La última vez que estuvimos aquí no había hojas y estaba lleno de lodo. Ahora los árboles están llenos de hojas que apenas están comenzando a cambiar de color y es hermoso. Hay brezo en el jardín con preciosas flores de un púrpura rosado, y en otros lugares bonitas flores blancas cortan el verde. Inhalo profundamente y me siento en paz por un breve momento. Entonces, pienso en Liam de nuevo.

Baby Be MineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora