—Todavía estás en el dormitorio blanco —dice Lena, girando hacia la derecha en la parte superior de las escaleras.
—¡Brillante! —contesto.
Ella sonríe ante mi deleite y primero me lleva en un desvío hacia mi habitación. Ah, mi hermosa habitación... Las ventanas dan a los árboles otoñales en la parte posterior de la casa, pero aparte de las maletas que Davey ha puesto junto a la puerta, el naranja oscuro es el único color que puedes ver porque el resto de la habitación es de color blanco. Voy a mirar en el baño, sólo para recordar su belleza. Numerosas luces halógenas en el techo iluminan el espacio para mostrar una enorme bañera de hidromasaje en la parte posterior junto a una gran ducha y dos lavabos a mi derecha, todos los cuales están formados de deslumbrante piedra blanca. Mullidas toallas blancas adornan el toallero. Suspiro feliz.
Lena ríe.
—¿La habitación de Jake?
—Vamos, entonces —digo a regañadientes, arrancándome a mí misma de ahí.
La habitación de Jake es la contigua. Las paredes han sido empapeladas en un sutil azul y amarillo a rayas. Hay una cuna contra la pared del fondo, y una alfombra verde hierba bajo los pies, además de una pequeña mesa, sillas y suficientes juguetes para llenar Hamleys saliendo de esas extrañas cajas de juguetes con forma de pelota de golf en el suelo. Un blanco sistema de almacenamiento de cajones, armarios y estantes está lleno de libros para niños sobre la pared izquierda. También hay una puerta que conduce a un enorme cuarto de baño.
—Lamento si está un poco despojado —dice Lena y mis ojos bien se abren con incredulidad. Ella continúa, inconsciente—. Quería traer algunas cosas más, pero Zayn dijo que tú querrías hacer eso. Lo que me recuerda... —Mete la mano en su bolsillo y saca un sobre blanco. Me lo entrega—. Zayn quiere que tengas esto.
Lo abro, curiosamente. Dentro hay una tarjeta de crédito con mi nombre en ella.
—Sin límite —dice ella con una sonrisa. Encuentro su mirada, sorprendida. Abro la boca para hablar—. No discutas —interrumpe—. Zayn dijo que lo harías. Pero te debe la manutención, así que, por favor, no lo pienses dos veces antes de usarla para lo que Jake y tú necesiteis. —Cierro la boca de nuevo, sintiéndome como un pez dorado—. También tienes un Porsche Panamera que llegará mañana. De nuevo, lamento no haberlo tenido a tiempo.
—Por favor, dime que es una broma.
—No se puede instalar un asiento de seguridad en el Bugatti —responde ella con ligereza—. No se pueden meter en el McLaren, Gullwing, Ferrari o Carrera... aunque —piensa en voz alta—. Podría entrar en la parte delantera de algunos de ellos si fueran sólo Jake y tú. Quizás conseguiré otro asiento de seguridad por si acaso. No quieres intercambiarlos todo el tiempo; eso te volvería loca.
Me quedo mirándola, atónita.
—Lo siento, ¿eres una persona real? Incluso conoces los nombres de sus autos.
Ella ríe.
—Katya entiende de máquinas.
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Baby Be Mine
Romance"No es mi hijo, ¿verdad?" Ésa es la pregunta a la que más le temo. Verás, tengo un secreto. Mi novio no es el padre de mi hijo, sino una de las personas más famosas que haya vivido jamás. Y él ni siquiera lo sabe. Una vez asistente personal d...