Estoy emocionada. Tengo nuestras maletas hechas para una estancia de tres noches y Zayn vendrá a recogernos en cualquier momento. Me llamó desde el aeródromo para decirme que estaba en camino. Por alguna razón, estoy nerviosa. No lo he visto desde el cumpleaños de Jake en mayo, hace ya semanas, pero hemos hablado por Skype cada pocas noches desde entonces. Me he sentido más cercana a él este último par de meses. En paz con él, de una extraña manera. Soy capaz de admitir para mí misma que no puedo esperar para volver a verlo.
El timbre suena y literalmente corro por el pasillo y abro la puerta, medio sin aliento.
—¿Todo bien? —dice Zayn.
—¡Hola! —exclamo, resistiendo el salvaje impulso de lanzar mis brazos alrededor de él y abrazarlo casi hasta la muerte. Me mira divertido—. ¡Entra! — digo, quitándome del camino. Soy incapaz de borrar la enorme sonrisa de mi rostro mientras él traspasa con cautela el umbral.
—Estás de buen humor —comenta.
—¿Y? ¿Es un crimen?
Él se encoge de hombros.
—Para nada. ¿Están listos? —Baja la mirada a las maletas en el pasillo.
—Sin duda lo estamos. —Me vuelvo y llamo por el corredor—. ¡Jake! ¡Papi está aquí! —Zayn se dirige en busca de su hijo—. Está en la sala—digo—. ¿Quieres una bebida?
—Nah, pongámonos en camino.
—De acuerdo. —Vuelvo a darle una brillante sonrisa. Creo que mi entusiasmo lo entretiene. O quizás simplemente lo está asustando.
—¡Hola, amiguito! —dice él cálidamente cuando Jake aparece doblando la esquina.
—¡Papi! —grita Jake. Zayn todavía no se ha acostumbrado a que se lo diga, aunque lo dice todo el tiempo. Todo el tiempo, literalmente. Apenas puedo decir una palabra cuando Jake está en la habitación durante nuestras sesiones de Skype.
Zayn lo levanta para un abrazo, pero Jake se revuelve y me tiende la mano, así que me acerco.
—Abrazo familiar —bromeo, mientras Zayn me envuelve con un brazo y me mira divertido. Apoyo la mejilla en su pecho y cierro los ojos por un segundo antes alzar la mirada a un Jake sonriente.
—Abazo famiar —repite Jake. Zayn y yo nos miramos y reímos.
Con el tráfico en la M25 el viaje toma un largo rato, pero Zayn compensa nuestro retraso una vez que llegamos a los caminos rurales. Es perfecto día de verano inglés. Solamente hay unas pocas nubes blancas mullidas en el cielo, y el sol se las arregla para encontrarnos incluso cuando la carretera está densamente poblada por frondosos árboles verdes.
—Olvidé lo rápido que conducías —digo mientras me aferro al apoyabrazos. Jake está profundamente dormido en la parte trasera. Hemos tenido tiempo para ponernos al día con las noticias que traía el otro, y me acabo de enterar que, lamentablemente, Shelley ha tenido un aborto espontáneo.
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Baby Be Mine
Romance"No es mi hijo, ¿verdad?" Ésa es la pregunta a la que más le temo. Verás, tengo un secreto. Mi novio no es el padre de mi hijo, sino una de las personas más famosas que haya vivido jamás. Y él ni siquiera lo sabe. Una vez asistente personal d...