Fiel a la promesa de Zayn, Dana no regresa a la casa en los siguientes días. Kyl y yo pasamos nuestro tiempo mirando películas, o, si nos sentimos valientes, afuera en la piscina, intentando ignorar el sonido de los helicópteros zumbando persistentemente como moscas sobre nuestras cabezas. A veces, Zayn se une a nosotras, y a veces lleva a Jake a pasar algún tiempo a solas con él.
He oído a Lena y a Eddie murmurando entre sí sobre el estado de las cosas fuera de los portones. Es difícil para todo el personal entrar o salir con las hordas de paparazzi ahí afuera.
Las degradantes historias de que soy la segunda esposa de Zayn han seguido saliendo durante toda la semana. Ahora he dejado de leer los periódicos, y le he pedido a mis padres que hagan lo mismo. Sé que no sirve de nada pedirle a Susan que lo haga... ella es adicta a los tabloides.
El viernes, Kyl y yo estamos sentadas junto a la piscina. Es un día inusualmente cálido para noviembre. No pude tomarme la molestia de cambiarme mis jeans cuando me di cuenta del calor que hacía, pero Kyl está en su tankini y lleva el par más grande y oscuro de gafas de sol que creo haber visto en mi vida.
—No puedo soportar esto —digo bruscamente, salido de la nada.
—¿Qué no puedes soportar? —me pregunta Kyl perezosamente.
—¡Esto! ¡Estar atrapada aquí! ¡Me siento como si estuviera aislada!
Ella levanta sus gafas de sol y me mira.
—Hay lugares peores en los que podrías estar, sabes.
—Lo sé. —Suspiro y trato de disfrutar del sol, pero no puedo. Tengo ganas de irme.
Zayn sale a la terraza.
—¿Qué sucede contigo? —me pregunta con curiosidad. He empezado a saltar en el lugar.
—Ayúdala, Zayn —dice Kyl casualmente.
—¿Qué sucede? —Él frunce el ceño.
—¡Estoy harta de estar atrapada en esta maldita casa! —exploto.
Él se levanta y me mira fijamente por un momento.
—Entonces salgamos de aquí.
—¡Oh, sonaste igual que Johnny de Dirty Dancing! —dice Kyl alegremente.
Zayn le da una mirada extraña, sin entender la referencia.
—¿Estás de acuerdo en cuidar a Jake por un par de horas? —le pregunta, prosiguiendo.
—Claro...
—Ven conmigo. —Él toma mi mano.
—¿Adónde vamos?
—Afuera —dice brevemente.
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Baby Be Mine
Romance"No es mi hijo, ¿verdad?" Ésa es la pregunta a la que más le temo. Verás, tengo un secreto. Mi novio no es el padre de mi hijo, sino una de las personas más famosas que haya vivido jamás. Y él ni siquiera lo sabe. Una vez asistente personal d...