Capitulo 36

355 20 0
                                    

Llamo a Kyl la mañana siguiente, cuando es sábado por la noche en el Reino Unido. No pude llamarla anoche debido a la diferencia horaria, pero desesperadamente quiero una amiga que me ayude a diseccionar mi cita con Joseph, y sólo Kyl lo hará.

—¿Cómo estás? —pregunto calurosamente. 

—Oh, no tan bien —responde ella.

—¿Qué sucede?

—Perdí mi trabajo ayer.

—Oh, Kyl, lo siento mucho. ¿Qué ocurrió?

—Recortes. Van a cerrar la oficina de Londres. La mitad de nosotros perdimos nuestros puestos de trabajo, la otra mitad está siendo reubicada.

—Eso apesta.

—Ni me lo digas. —Pobre Kyl, suena derrotada.

—¿Qué vas a hacer ahora?

—No lo sé. Buscar otro trabajo, supongo. Pero no sé quién va a querer emplear a una gorda y fea gerente de marketing.

—¡Kyl! —exclamo—. ¡No eres gorda ni fea! No quiero oírte hablar así de ti misma.

—Sólo he tenido un par de días de porquería —responde ella planamente.

—¿Qué puedo hacer para animarte? —pregunto, aunque no tengo absolutamente ningún deseo de contarle sobre el nuevo y brillante estreno al que fui y el hombre sexy que conocí.

—¿Llevarme a Los Ángeles? —bromea. Mi corazón salta.

—Podría —digo.

—Estaba bromeando —responde ella.

—¡Pero podría! —Me siento en mi cama, mi cabeza hormigueando de emoción—. Kyl, ¿por qué no vienes? ¡Podrías venir este fin de semana! — exclamo—. ¡Podrías, literalmente, tomar un vuelo mañana y venir a quedarte conmigo! —Me estoy dejando llevar completamente por esta idea.

Ella no habla, entonces, dice.

—No me lo puedo permitir.

—¡Lo pagaré por ti, tonta! —me burlo—. Bueno, Zayn lo hará. ¿Sabes que me dio una tarjeta de crédito sin límite?

—No puede ser —dice ella con incredulidad.

—¡Lo digo en serio! Todavía no la he usado. ¡Pero a él no le importará! Estará contento de que yo tenga a alguien que me distraiga del sexy actor de kung-fu que conocí la otra noche.

—¿Perdón? —dice y sé que su rostro ha estallado en una enorme sonrisa.

—Te lo diré todo. Mañana. En persona.

Ella rompe en carcajadas y sé que se lo he vendido. Ambas empezamos a gritar con histeria, y cuando nos hemos calmado llevo el teléfono conmigo a la oficina y juntas echamos un vistazo a sus opciones de vuelo.

Baby Be MineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora