Capitulo 29

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Asomo la cabeza por la puerta de la habitación y aún puedo escuchar música viniendo desde el estudio. No he estado en el baño tanto tiempo, así que probablemente todavía tengo un poco de tiempo para desempacar. Abro los armarios y descubro que estoy cara a cara con un viejo amigo mío.

Una oveja de piel me mira fijamente desde uno de los estantes en el armario. Éste fue mi regalo de Navidad de Zayn cuando fuimos a los Dales la primera vez. Todavía recuerdo reírme de eso, porque esa Navidad otros asistentes personales estaban recibiendo autos de sus jefes celebridades. Pero esta maldita oveja significaba más para mí de lo que cualquier auto podría hacerlo. La dejé aquí cuando renuncié. Tenía la esperanza de que Zayn la viera, pero asumí que Sandy la tiraría a la basura. Es extraño encontrarla aquí de nuevo. Luce igual, está en el mismo lugar, pero todo a su alrededor ha cambiado y evolucionado. Especialmente yo. Es una sensación extraña.

La levanto y casi espero que me haga baa. En un impulso dejo el desempacar sin terminar y regreso por el rellano al estudio. Un movimiento en el rabillo del ojo al pasar el cuarto de Jake me hace detener. Me asomo dentro y veo a Zayn acunando a Jake en sus brazos, cantando en voz baja. Tiene la espalda vuelta hacia mí. Jake estaría cansado. Él, obviamente, está tratando de hacer que se duerma; algo que yo raramente consigo durante el día sin las cuatro ruedas y el movimiento.

El timbre de la puerta principal suena fuerte y Jake se sacude en los brazos de Zayn. Él levanta la cabeza somnolienta y me ve, y luego todo el trabajo duro de Zayn se deshace. Jake comienza a frotarse los ojos y llora, y Zayn sonríe con ironía y se va a trasladarlo a mis brazos. Sostengo a la oveja.

—No puedo creer que todavía tengas esto. —La pongo sobre una mesa y tomo a Jake.

—Yo tampoco puedo creerlo. —Él la recoge y la da vuelta—. ¿Dónde estaba?

—En mi armario. Pensé que Sandy la tiraría a la basura. 

—Mmm. —Nuestras miradas se encuentran.

—¡Bueno, no es esto una pequeña familia feliz!

Sorprendida, giro rápidamente para ver Dana de pie en la puerta. Es pequeña, unos cinco centímetros más baja que yo, y más delgada. Está vestida de negro, camiseta negra de roquera y pantalones negros con tacones de cuña de punta abierta negros. Su largo cabello oscuro está atado en una cola alta de caballo cardado y lleva mucho maquillaje, incluso durante el día.

—¡Oye, amiguito! —Va directo a Jake—. ¿Porque tantas lágrimas?

—Está cansado —respondo en su nombre. Se ha formado una desagradable piel de gallina por todo mi cuerpo. Su perfume es abrumador.

Jake deja de llorar por un momento para mirar a esta extraña y exagerada mujer americana. Dana mira su rostro con detenimiento.

—Jesús, sí te pareces a tu papá. —Se vuelve hacia Zayn—. Hola, cariño — dice cálidamente, dándole un beso, seguido inmediatamente por uno más largo, directo en sus labios. Luego se vuelve hacia mí.

—Dana, ésta es Chris —dice Johnny.

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