3: La despedida.

14.6K 1K 134
                                    

—¿Qué? —Leo se separó de ella como si le hubiera dicho que había contraído lepra. Lauren se mordió el labio y bajó la cabeza, avergonzada por no haberle dicho nada mientras su amigo fruncía el ceño—. ¿Por qué?

Ella tomó aire antes de continuar y volver la vista a él.

—Sabes que trabajo de maestra sustituta porque es difícil conseguir un empleo, pero me contrataron durante dos meses como profesora de música de intercambio allá. Y es mucho dinero, Leo.... Tuve que aceptar. —Volvió a acercarse a él con una expresión afligida—. Se que es mucho tiempo, pero....

—No, descuida, lo entiendo... —Él pasó una mano por su cabello antes de atraerla hacia él y abrazarla con todas sus fuerzas—. Es una gran oportunidad y estoy muy orgulloso de ti, pequeña. —Sonrió levemente antes de dejar un beso en la coronilla de ella.

Lauren cerró sus ojos y acomodó su cabeza en su pecho. Aspiró ese aroma que tanto le gustaba, que tanto iba a extrañar. Envolvió la cintura de él con sus brazos y deseó con todas sus fuerzas que aquel momento fuese eterno.

—Tranquilo, Brewer. Ocho semanas no es tanto... Verás como pasan volando, ni siquiera sabrás que no estoy -Dijo ella. Aunque deseaba que no fuese así, que él realmente la extrañara. Se inclinó de puntillas y dejó un beso en su mejilla, provocando que él sonriera.

—Dudo mucho que sea así, mujer. Pero si tú lo dices... —Frotó una vez más la espalda de ella y después tomó su mano—. Basta de sentimentalismos, vamos a mover ese trasero maravilloso que tienes.

Lauren se dejó guiar encantada.

***

Viernes por la tarde y Leo caminaba junto a su mejor amiga a lo largo de un puente que cruzaba todo un gran río que se encontraba cerca de la casa de Lauren.

Quería aprovechar al máximo cada segundo que tenía con ella, lo había estado haciendo toda la semana desde que en la boda de su padre ella le había soltado el bombazo de que se iría a Escocia por dos meses. Lejos de él. En compañía de... escoceses. No era una idea que lo hiciera feliz pero no se lo arruinaría a ella.

La iba a extrañar tanto... Seria raro para él no hacer todo con ella.

—A ver, Lauren Ross, ¿Quieres explicarme por millonésima vez qué es lo que yo haré aquí mientras tú te diviertes allá, en el país en donde los hombres usan falda? —Preguntó él, disimulando el hecho de que quería sonreírle.

Ella solo soltó una carcajada mientras sacudía su bello rostro.

—Mira que eres exagerado... No iré a divertirme y tú tienes diversión de sobra aquí. ¿O debo recordarte a Miss Pechugona y otras tantas como ella?

—Sabes que no será lo mismo, mujer. Eres a la única chica que le digo que la extraño, podrías tener un poco de compasión por mi... —Colocó una mano en su pecho, fingiendo que ella le había herido sus sentimientos. Lauren solo rió una vez más. Como le encantaba hacerla reír—. Pero ya, hablando enserio, espero que realmente sea una experiencia que no olvides.

Ella se detuvo, enfocando en él su mirada, lo que causó que él también se frenara en frente de ella.

—No tienes idea de lo mucho que significa para mí que me apoyes, Leo. Es de veras muy importante... Sabes que eres a quién más quiero.

Leo avanzó un paso más y subió una de sus manos hasta depositarla en la mejilla de ella. Con una media sonrisa, situó sus ojos avellana en los de ella.

Los amigos no mienten ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora