Capítulo 2: No creo que debas...

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KyungSoo

Para desgracia de mis amigos y los chinos, Kim JongIn, así me dijo que se llamaba el chico histérico, no se rindió y yo tampoco.

Pasamos media hora discutiendo si debíamos ir por ellos o no. Primero le comenté como se habían conocido, o por lo menos lo que vi, a lo que alegó que había tardado porque tenía "asuntos que atender" y según él, los chinos lo esperarían en el hotel, pero cuando llegó a éste, se habían largado dejando una nota que decía: "Nos fuimos a un pub a dos calles, MinSeok Hyung lo conoce". 

— ¿Puedes creerlo? — dijo irritado — ¡Me contratan de guía y se terminan yendo con cualquiera! — comenzó a golpear el piso con su pie.

Lo observé detalladamente, era alto, moreno y no tenía nariz... O bueno, sí, pero muy chiquita, sus brazos tenían la musculatura necesaria para... Me estremecí. 

— JongIn, ¿Cuántos años tienes? — detuvo su paso y me miró ceñudo. 

—¿Cómo te llamas? — me respondió evasivo.

— Do KyungSoo — saqué otro cigarrillo. 

—Señor Do, tengo veintiún años — hizo una reverencia y luego siguió caminando en círculos. 

—¡Señor! No soy señor, tengo diecinueve... En teoría... Eres mayor que yo, Hyung — lo miré con una sonrisa traviesa.

Se detuvo y me observó de pies a cabeza. 

— Mientes — cruzó los brazos sobre su marcado pecho. 

—No, si quieres te enseño mi identificación — abrió los ojos, por lo visto lo había sorprendido —. Bueno son las cuatro y media. Ya podemos ir por ellos. 

Sacudió la cabeza y asintió. Le pedí al guardia de seguridad que me dejara entrar nuevamente, lo tomé de la mano, para que pudiera pasar conmigo sin inconvenientes, y lo guié a la zona de las bebidas. Le hice una seña con mi mano libre para que los buscara por la izquierda mientras yo lo hacía por la derecha, pero ni rastros de los chicos. 

— ¿Sabes más o menos donde pueden estar? — dijo muy cerca de mi oído. 

Su pecho estaba pegado a mi espalda debido a la multitud de gente que nos rodeaba, lo cual hizo que, no sé cómo, me pusiera como un tren. 

¡A la mierda los chinos! — Me dije a mí mismo. 

Me volteé de tal manera que sus manos acabaron envolviendo mi cintura y lo besé sin permiso. Nuestros ojos se mantuvieron abiertos, los suyos por la sorpresa y los míos para apreciar su reacción. Su agarre aumentó y yo me colgué de su cuello, con mi lengua comencé a lamer sus labios, tratando de incitarlo a abrirlos. 

Al principio sentí como su respiración se fue acelerando y poco a poco fue separando sus labios, más no cooperaba con el beso y yo me impacientaba. De la nada me soltó y se puso a gritar. 

—¿¡Ustedes, dónde han estado!? — me quedé perplejo, acaso me había...

Volteé a ver a los recién llegados con mi cara de asesino serial, la ira se estaba apoderando de mí. ¡Habían cagado mi caza nocturna y ya estaba por ceder! 

—¡Hola! — gritó sobre la música. El grupo que resaltaba como bombilla navideña de color rojo.

Estaban desarreglados, rojos, con las camisetas sudadas y apestaban a sexo.

Lo que le haría a Kim JongIn (LQLHAKJI)➡[KaiSoo + OTP's ] «En emisión»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora