Capítulo 9: Violetas y declaraciones.

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El viento que entraba por la ventana alborotaba mis cabellos... Ew, muy cursi, de nuevo.


Estaba en camino a la universidad en una muy presuntuosa limusina y como quería despejarme, ya que no había dormido ni mierda, abrí la ventana y la maldita brisa deshizo mi peinado que tan pulcramente había armado.


El rojizo de mi cabello ahora parecía de tono borgoña, se veía bien, pero era incómodo llevarlo de esa manera con el fresco que hacía en la mañana.


Todavía me dolía el culo por tantos mete y saca de la noche anterior, pero lo bueno, era que ahora tenía dinero para comprar tinte y pizza-disculpas para mis amigos. Estábamos a un par de cuadras, así que le pedí al chofer que se detuviera.


- Lo siento, joven Do, pero el amo Lee ordenó explícitamente que lo deje en la entrada y pase a buscarlo esta tarde. — lo miré mal, pero no le dije nada. Me escaparía a la salida.


Ya era martes, así que no tenía porqué irme con él. Todo tenía un límite, como mi trasero.


Cuando llegamos, por fin, me miré al espejo, estaba del asco, pero bueno, no podía hacer más y me rehusaba a usar maquillaje, no tenía nada de qué avergonzarme, y si tenía, no me importaba.


Bajé sin despedirme del chofer y fui directo al baño a vomitar. Cuando terminé, salí, me lavé la cara y me enjuagué la boca. No había comido nada, por necio, pero igual devolví todo lo que me quedaba.


Me miré al espejo y la primera palabra que se me cruzó fue: "Violeta". Mis ojeras eran de ese color, pero mi piel... Definitivamente me traería problemas, pero como ya me conocían, no me dirían nada, o eso esperaba.


Sacudí mi cabello, dándole un aire despreocupado y salí a enfrentarme con el mundo, por desgracia para el mundo, no estaba del mejor humor del mundo, que caminara medio cojeando era bastante fastidioso, más cuando las zorras, digo, chicas me miraban con gracias. Malditas plásticas.


- ¿¡Ustedes qué tanto miran!? — les grité mientras apretaba mis puños. Ellas solo rieron y se fueron gozando de la imagen que daba.


Bufé y seguí mi camino, la primera clase estaba por empezar, así que quise llegar a tiempo, nunca lo hacía, pero no quería detenerme a hablar con nadie en ese momento.


Algunos de los que estaban por ahí me seguían mirando, empezaban a fastidiarme, como si nunca me hubiesen visto así. Los fulminé con la mirada y luego los ignoré, no tenía sentido darles importancia.


Cuando entré, solo habían un par de chicos, el lugar del HunHan estaba vacío, así que supuse que me habían traído muy temprano, fui hacia mi asiento y me senté con sumo cuidado, el culo me escocía, ni siquiera había usado lubricante, definitivamente me había reventado, maldito DongHae.


Miré por la ventana, habían algunos llegando de la mano, como dulces parejas, otros solos, pero muy sumergidos en sus celulares, por otro lado, algunas solo fumaban tranquilamente y todas me enfermaron, ¿Por qué lucían felices con tanta mierda a su alrededor? Reconocía a todos y todos ellos tenían un secreto, el cual yo conocía perfectamente.


Por ejemplo, la de allá era SeulGi y salía con Key, pero yo sabía que que ella se veía con Irene y a Key le había dado duro en un antro. Todo era fachada, ellos salían porque sus familias tenían un arreglo, pero ellos se llevaban bien y soportaban su unión con gusto. Hipócritas.


Me agradaban, pero no me gustaba que no hicieran lo que se les antojara, estábamos en el siglo XXI, ¿Tan difícil era revelarse?


Dejé de ver la ventana, estaba empezando a fastidiarme por cosas irrelevantes, por lo menos para mí.


Lo que le haría a Kim JongIn (LQLHAKJI)➡[KaiSoo + OTP's ] «En emisión»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora