Lo que le haría a Kim JongIn (LQLHAKJI)➡[KaiSoo + OTP's ] «En emisión»

Capítulo 25: Él - Parte III

POV KyungSoo

Me dolían los pies, los brazos, el culo, me picaban los ojos y recién había anochecido. Llevar a Henry hasta la estación de servicio resultó ser toda una odisea, ¿Por qué me puse pantalones ajustados? Me tiraba de todos lados y no podía dar un paso decente -mientras empujaba mi motocicleta- sin que me ajustara precisamente en esa zona.

Tenía planeado ir a algún hotel cerca de donde estábamos, aunque también se me antojaba ir al departamento donde pasaba las tardes con DongHae, pero no tenía ganas de hablar con él, aparte estaba en uno de esos viajes de negocios, así que llamar no era una idea muy atractiva.

Lo peor fue cuando el tipo de las refacciones me dijo que por un "golpe brusco", o sea yo tirando al pobre Henry en plena acera, se había dañado una parte y por eso la extraña pérdida de combustible con gran velocidad.

Genial, lo que me faltaba, un gasto extra.

Tuvimos que dejar a mi hermoso Henry para que lo refaccionaran y nosotros, porque JongIn aceptó pasar la noche conmigo, fuimos en busca de un hotel. 

En un punto de la tarde tuve que apagar mi celular porque las llamadas de los chicos no dejaban de llegar y ya se había colgado por recibir tantas. Incluso BaekHyun me llamó, pero aunque él quizá no haya tenido nada que ver en el asunto, todavía me dolía que de entre todos los hombres de la ciudad justo se hubiese encontrado con él. Me dolía el pecho de tan sólo recordarlo.

¿Qué haría a partir de ahora? ¿Qué pasaba si intentaba contactar conmigo? ¿Y si quería que lo perdonara?

Mentalmente no estaba preparado para eso. Ni siquiera estaba seguro de poder dirigirle una sola palabra sin romper en llanto. El solo rememorar los acontecimientos de la tarde me hacían querer gritar y golpear algo para sacarme la frustración.

Maldito sea el día en el que acepté salir con él, pero ¿Cómo iba yo a saber que me pasaría algo así? Él y yo nos conocíamos desde pequeños, así que era cuestión de tiempo para que termináramos enamorándonos o por lo menos yo sentí que fue así. Sentí que mi corazón se partía en dos con los recuerdos y me abracé a mí mismo para no desmoronarme en pleno camino, pero un par de brazos me sujetaron desde un costado. Traté de separarme.

— KyungSoo Hyung, no llores — me dijo el moreno mientras yo luchaba rehuyendo de su cercanía. En mi desesperación le arañé el cuello y para cuando me di cuenta, le estaba saliendo un hilito de sangre. Me sentí peor.

Volví a intentar alejarme para que se fuera, pero el muy necio hizo algo que no esperé que hiciera desde hace meses en el club nocturno, solo que a comparación de esa vez, no había ningún rastro de seducción en el abrazo que me dio. Solo algo afectivo que me puso los vellos de punta. 

Ahí en medio de la acera, siento pasado por personas que nos miraban raro, Kim JongIn me estaba abrazando mientras yo volvía a llorar sobre su ropa y dejaba salir todo lo que sentía. A veces me faltaba el aire y otras me flaqueaban las piernas, pero aun así el moreno pudo conmigo. En cuanto pudo, me cargó como a un niño pequeño y nos condujo hacia la zona de hoteles. A esas alturas de la noche las luces de neón y los carteles llamativos iluminaron nuestro andar. JongIn no dijo nada, pero de rato en rato pasaba una mano por mi espalda para reconfortarme y yo volvía a llorar con fuerza. Hundí mi rostro en su pecho y no me alejé de ese pequeño refugio ni siquiera cuando tuve que indicarle que pagara la estancia con mi tarjeta. Naturalmente mi voz salió como un graznido de ganso torturado y ni siquiera pude formular una oración completa sin dejar de hipar siquiera un par de veces como mínimo.