Capitulo- 5

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--Creo que sería muy razonable que me eches una mano aquí ahora que pasas más tiempo en el departamento-el grito de Kayla perfora mis oídos.

--¿Has escuchado hablar de la palabra "Vacaciones" por casualidad?-Grito de vuelta, cambiando de posición sobre la cama.

--Eso es respecto a lo laboral, pero bien, si no estás aquí dentro de treinta segundos entrare a tu habitación para apalearte con la escoba si es necesario.

--Vaya, fiera.

--¡Hablo en serio Russell!-Me levante de un salto de la cama de pronto horrorizada. Camino descalza en la habitación y cojo un par de zapatillas deportivas al mismo tiempo en que brinco de un lugar a otro intentando ponérmelas con rapidez. No debería de estar hablando en serio. Pero siempre que utilizaba mi apellido en una oración nunca terminaba en algo lindo.

--Cinco, ¡Harper!

-- Ya estoy aquí.-Gruñí atando mi cabello en un moño. Abrí los ojos incrédula mirando la escoba que sujetaba con fuerza.--¿No habrás pensado noquearme con es cosa cierto?- Se encogió de hombros con indiferencia.

-- Era lo primero que encontré.

--Genial.-Bufo encaminándome a tomar un trapo de la mesa.--Para la próxima búscate algo menos sádico, no quiero adquirir una fobia tremenda hacia el equipo de limpieza.

--Sería menos violento si pusieras un poco de tu parte.

La ignore por completo y pase la mirada por todo el lugar analizando las condiciones. La mesa se encontraba hecha en un lio, Zapatos, cepillos, cremas y prendas se esparcían en toda ella ocupando todo el espacio, las sillas se encontraban regadas por toda la sala. Hice una mueca sintiéndome avergonzada porque la mayoría de las cosas regadas ahí eran de mi pertenencia. Ahora observe la cocina. Una enorme pila de platos sobresalía del fregadero, que olvide de repente cuando fue la última vez que nos encargamos de lavarlos. La barra estaba invadida ahora de cartulinas y cartones de una de las manualidades de Kayla que acostumbra a realizar cuando no tiene que hacer. Dios. Esto parecía como si fuera un amontonado de hombres quienes vivieran aquí. Estaba del asco.

--Yo me encargo de la sala.-Farfulle corriendo en dirección al armario sacando la aspiradora. Si no estaba equivocada, la sala era la menos afectada, solo era cuestión de quitar algunas prendas y cobertores, sin olvidar de aspirar los sillones y la vieja y polvorienta alfombra color violeta de la abuela de Kayla.

Kayla lanzo un chillido en rendición, volvió a lo suyo.

Contuve la respiración al tomar una de las prendas de Kayla, no era necesario olfatearla para saber que no había visitado el lavado en toda la semana. Lance la cosa horrorosa fuera de mi alcance y opte por la fuerza de voluntad para seguir con las demás. Di todo de mí, aspire la alfombra, los sillones, deje impecable la mesa del centro y hasta me di el tiempo de pulir la porcelana en el estante. Todo en su lugar, sin ninguna señal de polvo, impecable.

Una vez terminado, me tumbe al sillón sintiendo que perdería el aliento. Estuve así un buen tiempo recuperando todas las energías perdidas. Kayla apareció esta vez con un pañuelo en la cabeza y un delantal tan viejo que concluí era de su abuela.

--Uh, pero mira que sexy te ves así.- me reí.

--No empieces. –Gruñó.--Si tan solo supieras en las condiciones que encontré el lavado...

--No quiero detalles, sigue con tu agonía tu sola, por favor.

--Estúpida.-Cruzo la sala en dirección a la cocina.

PREDOMINIO (Detenida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora