PREDOMINIO (Detenida)

Capitulo- 10

Mordí la segunda uña de mi mano palideciendo lentamente. Declan a mi lado manejaba como un auténtico maniático por las calles. O bien solo buscaba ponerme los nervios de punta, si era eso lo felicitaba, porque lo lograba. Había pasado a recogerme horas después de que Owen abandonara el apartamento sin decir palabra alguna en el trascurso que llevamos aquí. Era notorio que seguía enojado por lo que paso el viernes pasado, pero ¡Vamos! Si de algo servía yo pase todo el resto de la semana sin poder con el remordimiento. Esa era yo. La que comete cualquier tontería presa del pánico sin medir después el riesgo. Ahora estaba ahí sentada al lado del chico No-me-toques-porque-pierdo-los-escrúpulos con la tensión impregnada en el aire a pesar de la calefacción. A pesar de eso era algo de lo que no debería preocuparme en estos momentos, a tan solo unos minutos, estaría ocupada tratando de entablar alguna clase de relación con un delincuente maloliente que para ser sincera, en la primera impresión casi moje los pantalones del miedo.

Yo era sociable, a veces simpática con la mayoría de la gente que, conseguir una amistad con cualquier persona era tan sencillo como dormir todo el día en pijama. El problema es que intentaría con una persona totalmente distinta y viéndolo de ese punto, con Declan no funciono mucho que digamos. Me las apañé para verlo de reojo, su sudadera azul desgastada le quedaba bien junto con los pantalones anchos que vestía, tan casual y terriblemente atractivo... si de algo era capaz de afirmar sin ninguna vacilación sobre él era, que se veía malditamente bien con todo lo que se ponía. Como diría a Ava en estos casos. Violable y comestible.

Me removí incomoda en mi asiento desterrando todo ese tipos de pensamientos, no era para nada sano. Otro punto que fui consiente de captar es la tensión en el volante y juraría que apretaba los dientes. ¿Tan irritante le era mi presencia? Ladee la cabeza con temblores y decidí enfocarme en lo importante de esta noche. No lo vía nada fácil, hacer lo que Declan exigía era más cerca de un acto suicida que imposible, moriría de los nervios antes de llegar a él, considere el cambiar mi personalidad por algo más despreocupada, relajada y escurridiza tal y como el tipo de chicas que a Declan seguro le interesarían pero eso era lo último que quería.

Una extraña sensación a de acidez me decía que algo iría mal esta noche, pero si de algo venia segura es que Declan prometió intervenir si me miraba en apuros, no confiaba lo suficiente en el pero si algo salía mal y era descubierta el perdería tanto como yo. Conformarme era lo que me quedaba.

Recordé como días atrás ofreció de su ayuda para apoyarme en lo necesario respecto a esto, pero viendo los términos en los que estábamos no parecía una buena opción acudir a él.

Declan estaciono el auto unas cuadras después y cuando estaba a punto de salir se volcó a mí al ver como yo imitaba el gesto.

-Espérate. Saldré primero para asegurarme de que no haya alguien conocido cerca que nos vea salir juntos.-Volví a mi posición actual. El salió con las manos metidas en los bolsillos de sus pantalones, empezó a caminar unos metros más al mismo tiempo en que volteaba a ambos lados de la calle. Dio un asentimiento en mi dirección. Esa era la señal.

No supe cómo fue que me fallo la cordura y coherencia en mis movimientos al salir con las piernas temblorosas como gelatinas. Avance a paso de tortuga y con la malnacida suerte que siempre tengo doy un traspié justo al acercarme a él, me tambaleo lo suficiente como para ir directo al suelo y pasa lo inesperado. Declan se mueve ágilmente y logra sujetarme del brazo antes de que mi trasero golpee sonoramente el concreto de la calle. Tanto como pude recuperar el equilibrio me suelta como si yo fuera la que portara el nuevo virus letal jamás antes visto, plantando una chispa de enojo en mí. "No es como si estuviera tan bueno como para llorar por esto" repetí una y otra vez en mi mente consolándome tontamente mientras lo veía cruzar la calle y caminar del otro lado.