Capitulo- 28

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-Si no te importa, Iremos a Dunkin donuts. Me vuelve loco todo lo que preparan allí.-Exclama señalando al otro lado de la calle emocionado. Yo me dedico a asentir sin terminar de acostumbrarme a este radical cambio de actitud que tiene conmigo. La manera en cómo se dedicaba a esperarme cuando se adelantaba por medio de bufidos y muecas le hacía verse amistoso de una extraña forma. Cuando cruzamos la calle él se vuelve a adelantar y entra al lugar conmigo pisándole los talones hasta que mi rostro se estampa contra el cristal de la puerta. Doy un gemido que él logra escuchar, mira sobre su hombro y al ver mi cara enrojecida por el tremendo golpe se tienta el corazón y regresa para ayudarme a abrir la puerta.-Trata de no humillarme en público ¿Quieres?-susurra con una pizca de diversión infiltrada en su rostro. Le fulmino con la mirada sintiendo la mirada de algunas personas en mí. No me extrañaría para nada que sean las mismas personas que presenciaron mi elegante llegada.

Me senté junto a la puerta mientras él iba a la barra a pedir. Froto mi nariz disimuladamente con mi mano rogando para que mañana no saliera a la luz algún moretón que tenga que cubrir con medio kilo de maquillaje. Yo no suelo usarlo a menudo, lo cual lleva a concluir que mi tocador no posee ninguna pizca de maquillaje, lo cual, lleva a fijar que tendría que escabullirme mañana por la mañana a la habitación de Kayla mientras toma su ducha. Pondría mi vida nuevamente en riesgo. Otra vez. Sin olvidar que debo regresar el libro lo más pronto posible antes de que se dé cuenta y me acorrale.

Mi corazón se encogió un poco. Ava estaría matándose de la risa si le contara todo esto. Me ayudaría a realizar una misión totalmente estructurada para colarme a la habitación de Kayla. Contaría con su interminable número de estuches de maquillaje que siempre carga en su bolso. Con ella a mi lado, no estaría aquí en primer lugar con Declan. Ella obligaría a las tres a hacer una pillada de chicas embriagándonos de helado y palomitas de maíz. Si no era que obligara a Marks a quedarse.

-Pedí dos Flats para ti. No sé qué es lo que te gusta.-Declan me destierra de mis pensamientos colocando una bandeja frente a mi señalando.-Aquí hay uno de jamon y queso, y este otro de pavo y tocineta. Espero que te guste el té frio porque no me arriesgué a desperdiciar una bebida más como para traerte uno de alternativa.

Sus palabras me marearon. Definitivamente nunca me acostumbraría a esta faceta suya. Quizás se esté burlando en el interior.

Él se dedica a ignorarme, toma de un bocado media parte de su sándwich de lo que se asimila al pan de miga y después se encarga de vaciar su vaso de sea lo que sea que este bebiendo. Un vacío me impidió ver con apetito mi Flats de pavo, sería un gesto muy grosero si me dedicaba a dejarlo a un lado. No tentaría a mi suerte, preferiría que esta actitud de Declan se mantuviera a flote por lo menos hasta que me lleve a casa.

Sin evitarlo, observe a Declan aprovechando que estaba concentrado en devorar su comida. Hice una mueca divertida al ver su cara llena de satisfacción cuando lleva el último trozo de su sándwich a su boca. La bebida oscura queda impregnada en sus labios y casi me atraganto con mi propia saliva al ver como se pasó la lengua alrededor de sus labios en busca de desaparecer cualquier rastro de comida en ellos. Eso pareció tan inocentemente sensual que lo odie. Batalle demasiado en quitar la mirada de ellos por un buen rato maldiciéndolo por dentro por no utilizar la servilleta que tiene a un lado. Mi mirada parece pesarle porque no tarda en levantar sus ojos de su plato a mi dirección.

-No has probado ni un bocado.-masculla sin ocultar la indignación en su rostro. El fulmina a mi flats a medio acabar como si fuera alguna clase de alimaña que no mereciera vivir en la faz de la tierra.

Sonrió con nerviosismo retorciéndome en mi asiento. Abrí los labios para farfullar una disculpa torpe pero me detengo a medio hablar estupefacta. Una melena rubia pasa en frente de mi campo de visión atrapando mi atención inevitablemente. Kallie iba pavoneándose de un lugar a otro hasta plantar su enorme trasero en una de las sillas, sentándose frente a Owen. Mi respiración cayó agitadoramente al percibir su sonrisa brillante por encima de ella. Owen alargó su mano por encima del mantel bordado y tomó la mano de su novia desquiciada. Clave las uñas bajo el mantel conteniendo el impulso de ir e intervenir su momento romántico. Pronto ambos abandonan la mesa para dirigirse a la barra e iniciar una tierna discusión sobre el menú. Suelto un gruñido al ver los delgaduchos brazos de Kallie rodear el cuello de mi mejor amigo. Aprieto los labios cuando él le corresponde acercándola más a él. Eso me rompe. Owen siempre había odiado que lo sujetaran por el cuello, ya que eso lo hacía sentirse asfixiado. Le molestaba que intentaran hacer eso con él por mas melancólico y sentimental que este. Solo dejaba a una sola persona hacerlo. Esa era yo. Owen me permitía pasar mi brazo alrededor de el cada vez que montábamos un bailecillo loco en su habitación cuando estábamos en completa aburrición. Por eso lo adoraba. Ser la única a quien le permitía hacer eso me hacía sentir especial.

PREDOMINIO (Detenida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora