Capitulo- 26

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La mañana del viernes resulto más larga y aburrida que los días anteriores. Hoy me levante muy temprano para mi gusto. Tecleando sobre el ordenador como una perezosa sin vida social. Le envié un mensaje a Luca preguntando si consiguió mi empleo de vuelta. No respondió por lo que di por perdida esa escasa esperanza. Kayla se despertó hace poco entrando a mi habitación exigiendo algo que no sé porque pensó que tenía yo aquí. Se marchó cuando puso todo mi poco orden patas arriba sin decirme una sola palabra de lo que estaba buscando. Yo me dedique a hojear las páginas del libro que mantenía en lectura. "the maze runner" un buen libro si te refieres a la ciencia ficción. Yo solo lo cogí de la habitación de Kayla porque me entere que había película. ¿Qué puedo decir? Sinceramente la mayoría de los libros que eh leído inician así. Dylan O'brien sale como protagónico en la filmación. Tenía que apresurarme antes de que la incertidumbre me carcoma y termine por ver la película con el libro a medias y con una Kayla cabreada al enterarse que lo eh cogido de entre su gran colección de libros almacenados en el rincón.

-¿Qué haces tirada ahí?-la puerta se abre rápidamente. Lanzo el libro debajo de la cama con el corazón palpitándome a cien. Kayla me miró amenazante desde la entrada cruzada de brazos.

-¿Disfrutando de un viernes en mi cama?-me apresuro a decir viendo de manera poca disimulada al suelo.

-¿Sabes que día es hoy holgazana?

Me arriesgo a contestar. –Acabo de decirlo. Un viernes.

Kayla suelta un jadeo con aires incrédulos.

-Dime por favor que no se te ha olvidado el cumpleaños del despreciable de Owen.

Mis ojos fueron directos a ver al calendario. Noviembre cuatro. Oh vaya.

-Él y yo no andamos en buenos términos. Deberías saberlo.

Me doy la vuelta en la cama cubriendo mi cara con la almohada. No quería a Kayla aquí. Quería estar de nuevo metida en mi cuarto sin ninguna compañía.

-¿Aun no hablan?-tomó como una afirmación mi gruñido.-sí que son idiotas. Pensé que su amistad era una de las típicas inseparables, uña y mugre. Están desde la primaria calentándose los cojones el uno y el otro. Y después un chico sexy se interpone entre ustedes dos. Es frustrante verlos así ¿sabes?

-Más te vale no hacer otra de tus ridículas adaptaciones a esto.-hago un ademan.-Búscate tu vida Kayla, deja de echarle un ojo crítico a la mía. Eso sí es frustrante.

-Como sea. Obligarte esta contra la ley. Sigue ahogándote entre penas y lamentos por mí no hay problema.

Un silencio glacial se interpuso en nuestra fluyente conversación.

-¿Sigues aquí?

-Eh, sí.

-¿Qué esperas? Largo.

-Venía a preguntarte algo amargada.

-Escúpelo antes de que me levante y te saque a patadas.-alce la vista amenazante hacia ella. No se inmutó en absoluto.

-Le compre una corbata a Owen la semana pasada. Para hoy su cumpleaños.-suelta entre jadeos ligeramente apenada. Una de mis cejas se alza sin que pueda evitarlo. La última vez que recuerdo a Kayla regalándole a Owen algo que no sea oscuros deseos y golpes fue cuando recién llego al apartamento. Le había obsequiado unos calcetines de colores llamativos. Ridículo sí. Pero el segundo nombre de Owen era ridículo porque no se quitó esos calcetines más que para lavarlos en todo ese año. Era muy normal que mi mejor amigo (ex-mejor amigo) y mi loca compañera de piso no se llevaran tan bien, cosa que me sorprende al oír esta horrible y fuerte declaración.

PREDOMINIO (Detenida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora