PREDOMINIO (Detenida)

Capitulo- 18

Quería preguntarle cual era el papel que jugaba yo, pero sinceramente temo a lo peor y decido guardármelo en silencio. Declan se estaciona un par de calles abajo, yo sigo conteniendo la respiración, me sentí desfallecer cuando el se decide por salir, da un vistazo rápido y me llama en señas para que yo salga también.

Con demasiada dificultad abro la puerta y avanzo hacia él, en un movimiento rápido sin que lo venga venir el me coge del brazo y me arrastra con extraña y perversa suavidad. Los latidos de mi corazón se disparan a manera anormal tras su  cercanía. Me las arreglo para no tropezar con mis propios pies, entonces le devuelvo una mirada temerosa, el la recibe y da un ligero apretón en mi brazo como si intentara tranquilizarme, tal vez no le guste la idea de que me suelte a chillar y correr por toda acera como una loca demente. Tampoco me gustaba a mi.

En los últimos metros que nos quedaban de distancia Declan prácticamente tiene que tirar de mí para que siga avanzando. Me rehusaba entrar ahí, mi mente, mis sentidos, mis músculos gritaban  que no me acercara, que sería el comienzo de su aniquilación. Sonaba loco pero estaba de lo más asustada que no tardaría en mojar mis pantalones, lo cual, seria muy vergonzoso que Declan presenciara.

A unos segundos de hiperventilar escucho la voz tan tranquilizante y calmada de Declan.-Estarás bien.-Me mira sin detenerse.-Hoy no pienso hacer algo en especifico contra el Harper, no aun. Mientras tanto, tu no correrás peligro, te lo aseguro.

Eso sonó tranquilizador tanto como alentador, lo suficiente para que dejara de arrastrar mis pies y fuera capaz de mantenerme caminando. Por un momento mi cuerpo se dobla al punto de golpear con brusquedad la quijada de Declan, él se guarda un gemido de dolor al detenerse frente al edificio. La puerta de la entrada estaba bloqueada con enormes tarimas de madera en cada lado. Me detengo a lado de Declan frunciendo el ceño.

Si la entrada estaba bloqueada... ¿Cómo rayos se introducían con tanta facilidad sin llamar la atención?

Me deslice hasta llegar a la pared de bloques, recargue todo mi peso manteniendo la cordura a raya. ¿A quién engañaba? Estaba más que aliviada de que no existiera tal manera de que Declan entrara, arrastrándome consigo. Mantuve una sonrisa ladeada oculta mientras lo observaba. Lo escuche maldecir varias veces en voz alta. Entonces....cuando daba por perdida la posibilidad de correr en peligro hoy lo veo sonreír ampliamente, de pronto victorioso y se aleja introduciéndose en las penumbras.

-Por aquí.-me llamó.

Mi ritmo cardíaco empezó a enloquecer de nuevo. Con el miedo ya infiltrado en cada hueso de mi horripilante cuerpo me obligo a seguir el sonido de su voz. Choco con su hombro al llegar y me quedo ahí, quieta, sin ninguna intención de separarme de tan enfermiza cercanía, mi fortuna fue que el no pareció replicar ante eso. Me sorprendí demasiado al sentir su  mano  entrelazarse con la mía, mi respiración se detuvo por más de un mili segundo mientras el jalaba de mi mano hacia una dirección concreta.

Sabía que tenía que fijarme por donde caminaba pero me quede plasmada por el gesto. Recordé la noche en la que me lancé encima de el para escabullirme de Ava, el opto una manera agresiva y ofensiva e inmediatamente me aparto, en ese momento pensé que yo le repugnaba. Ahora, veo su mano encima de la mía y contengo un chillido de la emoción. ¿Qué es lo que ha cambiado hasta ahora? Mantengo distante la hilera de pensamientos incoherentes que se arman en mi cabeza y trato de concentrarme. Pero es que la malnacida cercanía de Declan no me lo permite.

Mis gloriosas fantasías son brutalmente interrumpidas cuando Declan se detiene de repente, deshace el agarre de mi mano y voltea a examinar cada extremo de la calle en donde nos encontramos, parecería temerle ser descubierto, lo cual no resultaría nada conveniente para ambos. Sin decir ninguna palabra da varios pasos al frente, se detiene nuevamente y mira fijamente un punto en el suelo. Su mandíbula está fuertemente apretada a la vez en que sus cejas se fruncen demasiado. Da varios golpes a las paredes, gira sobre si para agarrar vuelo y estampa su brazo en una ventana bloqueada.