PREDOMINIO (Detenida)

Capitulo- 22

-Harper, despierta. 

Una vocecilla demasiada irritante interrumpía mi sueño. Alguien está moviendo mi hombro desesperadamente en un inútil intento de traerme devuelta a la realidad. Cosa que no se lo permitiría, estaba de lo más bien envuelta en sabanas con la idea de no despertar dentro los próximos diez años. Contuve un gruñido al sentir como un par de unas postizas se clavaban en mi hombro. No cabía duda de que se trataba de Kayla. Hice todo lo posible por permanecer quieta y ver si corría con la suficiente suerte de hacerle ver que caí en coma para que se diera por vencida.-¡Harper despierta maldición!

-¿Ahora qué quieres?-lloro. Kayla se aparta cuando ve las señales de que por fin me levantare. La mirada de su cara está llena de pánico y me desconcierta.- ¿En qué te has metido? ¡Son las siete de la mañana mujer! No puedo creer que no dures ni una maldita hora sin hacer tonterías.

-Oh, pero si no soy yo la que está en problemas.-suelta riendo histérica.-En muy graves problemas por cierto.-Los ruidos sordos de puerta de la entrada que es golpeada como no hubiese mañana llegan a mis oídos finalmente, le dirijo una mirada inquietante a kayla pero ella se queda callada, es ahí cuando logro percibir los gritos de Ava desde el otro lado. Oh dios. Se le oía cabreada. Doy un respingo al ver a Kayla, ella me devuelve la mirada avisándome que no tenía idea.

En el camino hacia la puerta encuentra a Marks saliendo de su habitación dando un enorme bostezo. Su mirada me encuentra y sonríe tímidamente saludando. Su nariz se arruga al oír también los golpes eufóricos en la puerta y se acerca a echar un vistazo. Veo como tiene intenciones de abrir la puerta pero se detiene a escuchar los farfullos incoherentes de mi mejor amiga.- ¡Abre la puerta maldita cobarde!-Marks me mira con curiosidad preguntándose si era a mí a quien se refería.-¡Sí! ¡Te hablo a ti Harper! ¡Pedazo de inútil!-Eso contestaba a sus preguntas.

Kayla se aproxima con su hermano frunciendo el ceño.

-¿Qué rayos te sucede Ava?-Pregunta de malhumor.

-¿Qué me sucede?-Grita exasperada.- ¿Quieres saber que me sucede pelirroja teñida? Bien te diré lo que sucede. Abre esa jodida puerta para que pueda estrangular a la individua que se hace pasar como mi mejor amiga.

-Lo sentimos. Pero con ese tono de tu voz asesino, abrirte la puerta suena muy imprudente en estos momentos.-Contesta Marks recargado en la puerta, una medida de prevención por si Ava intentara tumbar la puerta.

-Yo creo que nunca deberíamos abrir esa puerta.-murmuro. Los dos se me quedan viendo atónicos.

-No crearas dejar a esa loca deambulando en el pasillo espantando a los vecinos... ¿o sí?-Al ver que consideraba la idea bufa.-¿Qué sucede Harper? Debiste de haber hecho algo catastrófico para tenerla de esos humos.

Negué decidida a no soltar ninguna palabra. ¿Qué sucedía? ni yo sabía la respuesta. No recuerdo haber hecho algo tan horrible para cabrearla de esa forma.-No permitiré que pase todo el santo día gritando como una maldita exorcista.-La veo tomar el picaporte de la puerta y mi vida desde ese instante dependía de un hilo.

-No serás capaz....-chillo muerta de pánico. Marks se hace a un lado sin dar resistencia firmando mi sentencia. El me mira avergonzado y con un leve encogimiento de hombros camina hasta llegar a mi lado, sosteniendo mi mirada asesina.

-Tranquila. Si la cosa se pone fea seré yo quien intervenga.-A pesar de que lo decía totalmente en serio, no ayudo de mucho a tranquilizarme. Hablábamos de Ava. Esa demente era poseída por el mismo demonio cuando se enojaba a tal grado. El clic sonó en seco en toda la sala. Todo ocurrió en un segundo. Kayla abrió la puerta. Ava la hizo a un lado introduciéndose con una mirada cargada de ira. En cuanto sus depredadores ojos me encontraron se abalanzo hacia mí. Ambas caímos al suelo en un sonido sordo. Ava llevo sus manos delgadas a mi cuello tan mordaz que por un fracción de segundo creí que me iba a matar. Marks coge a la castaña de la cintura echando la cabeza hacia atrás para que esta no le propine un golpe en la cara. Kayla socorre a mí en el suelo.