Capítulo 33 Ace no infunde respeto

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Narra: Ace

Me volteé para ver quien había evitado que el puñetazo llegase a la odiosa cara de Teach.

Silvia, me agarraba con fuerza de la manga de la camisa, tenia la cabeza agachada pero pude ver que las lágrimas aún salían de sus ojos.

-Ace...-susurró- vamos a buscar a los demás.

-Silvia, sueltame para que le pueda dar a este imbecil su merecido-dije notando como su agarré se hacía más fuerte.

-Ace...por favor-dijo en un susurro casi inaudible.

Miré a Silvia, que aún seguía con la cabeza gacha, y luego a Teach, que sonreía de una forma que...maldita sea ¿cómo no me van a dar ganas de pegarle con esa cara de imbécil que tiene?

-Vámonos-dije rodeando a Silvia con mi brazo.

Mientras nos alejabamos, escuché algunas burlas por parte de Teach y sus amigos, pero Silvia estaba ahí para evitar que perdiese la paciencia.

-No les hagas caso, son unos idiotas-dijo Silvia, que ya parecía volver a ser la misma de siempre.

-Silvia antes, cuando tú...

-No lo digas-ordenó-No quiero que nadie se entere de lo vulnerable que soy-dijo apartando con delicadeza mi brazo.

-Pero...

-¿Nos vamos?-preguntó mirándome con una sonrisa-Me apetece ir a ver los fuegos artificiales.

-Pero Silvia, ¿no querías buscar a los demás?

Pero Silvia ya no me escuchaba. Había salido corriendo en dirección a un puesto de comida donde Luffy, como no, devoraba plato tras plato.

-Déjalo estar-me aconsejó Tatch- Es inútil insistir.

-Si es que infundes de todo menos respeto-se burló Marco.

-¿Ya volvéis a meteros conmigo?

Narra: La narradora :D

Montones de colores, iluminaron el cielo nocturno.

Silvia, observaba los fuegos artificiales al lado de sus hermano y amigos.

Aunque su cara mostrase felicidad, sus pensamientos estaban puestos en otra cosa.

Le había estado dando vueltas al asunto desde su encuentro con Teach y no se quitaba la idea de la cabeza.

Seguía arrepentida por haberse mostrado tan débil.

Silvia, pese a los que muchos pudiesen pensar, no era una persona fuerte.

Desde bien pequeña había tenido claustrofobia, y había experimentado lo que era que te miraran como a un bicho raro.

Conocía mejor que nadie lo que era la soledad y el rechazo, hasta el punto de disfrutar de ambos.

Siempre había estado sola, pero ahora que había experimentado lo que era tener una familia y amigos, la simple idea de que todos se fueran la aterraba.

Cuando los fuegos artificiales acabaron, todos se fueron a disfrutar del baile con el que darían por finalizadas las fiestas.

Silvia destestaba bailar y, pese a que sus hermanos y amigos insistieron, ella se limitó a observar a la gente bailar.

Estuvo hablando con Law, al cual, había encontrado casi por casualidad entre toda la multitud.

También pasó un rato con Robin, que acabó convenciendola de que bailara.

Alrededor de las tres Silvia, se fue a casa de Robin. La morena, había insistido en que se quedará a dormir en su casa, dado que no eran horas de subir la colina.

No podríamos decir, con exactitud, a que hora volvieron a casa los hermanos. Ni siquiera podemos asegurar que volvieran a casa.

Por un lado, esto preocupaba a Silvia, pero tras pensarlo durante un momento llegó a la conclusión de que no les pasaría nada.

Narra: Silvia

Robin, me guió hasta una casa a los pies de la colina.

Se podía apreciar diferentes tipos de flores que me llamaron mucho la atención.

Entramos en casa de Robin, y me sorprendió que no hubiese nadie.

-¿No están tus padres?

-Mi madre murió hace algunos años y nunca conocí conocí mi padre.

-¿Vives sola?

-Algo así-contestó cerrando la puerta con llave.-Vivo con una especie de "amigo"

-¿Y donde esta él?

-Seguro que lo conoces. Se llama Aokiji, es marine como tu abuelo.

Ciertamente conocia a ese hombre. Era un buen amigo del abuelo, y recuerdo haberlo visto en el cuartel, cuando iba a visitar al abuelo.

También iba a visitarme con el abuelo de vez en cuando, pero eso era cuando aún era muy pequeña.

-Se quien es-respondí ante la afirmación de Robin.

Robin me guió hasta una habitación toda pintada de blanco. Me indicó donde estaba el baño y su habitación.

-Si necesitas algo, no dudes en pedirmelo.

-Vale, muchas gracias Robin.

En cuanto escuché como se creaba la puerta de la habitación de Robin, me quedé profundamente dormida.

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Ok, no actualicé como dije, pero es que no doy a vasto.

Espero que os haya gustado el capítulo, no os olvidéis de votar y comentar.

Se despide onep1052

Descubriendo el mundo (One Piece)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora