CAPÍTULO 3:

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Ana.

Al día siguiente me desperté antes de lo normal.

-¿María?- no estaba en la habitación, lo que era muy raro, ya que siempre íbamos juntas a desayunar.

Me puse el uniforme: camisa blanca, falda de cuadros grises y azules y jersey azul marino.

Cogí el neceser para ir al baño. Salí caminando en silencio por el pasillo, la mayoría de las chicas seguían dormidas.

En la puerta del baño vi a María hablando con un chico moreno y alto, aunque estaba de espaldas, reconocí a mi hermano, ambos están en pijama. Dani me vio e hizo un gesto con la cara, luego sonrió y me saludó con la mano, María también sonreía. Me acerqué a ellos y le di un beso a cada uno.

-Buenos días, ¿ahora madrugáis para que Dios os ayude oqué?- Ambos se reían y se miraban. Puede que sea por eso por lo que estaba cansado, puede que se estuviera viendo con María por las noches... al pensar eso me recorrió un escalofrío por todo el cuerpo, me alegraría pero sería raro, mi hermano y mi mejor amiga...

-¿Y tú qué haces despierta?- preguntó Dani mientras miraba el reloj –Es pronto...-

-Vestirme, ¿y vosotros, que sois las personas más dormilonas que conozco?- María se mordía el labio mientras miraba hacia otro lado.

Dani se dio cuenta de que estaba nerviosa y siguió la conversación conmigo.

-¿Qué clase tienes ahora?- Hice una mueca mientras subía los hombros -No me creo que todavía no te sepas el horario- a la vez que lo decía negaba con la cabeza sin perder la sonrisa.

Seguimos hablando un rato más sobre las clases que teníamos: matemáticas, física, literatura, inglés y defensa personal. Mi hermano estaba mucho mejor que la noche anterior, no parecía tan cansado, ni enfadado por haberme escapado de la habitación...

-Bueno, me voy a arreglar- me metí entre los dos para pasar al baño -Perdón-

-Hasta luego- me dijo Dani mientras se giraba para irse, me quedé asomada por la puerta y vi que María no se movía de donde estaba y ambos se sonreían. -Hasta luego, María-

María se quedó con una sonrisa tonta mientras se giraba hacia la puerta.

Pero, de repente, Dani se volvió a girar hacia el baño, sujetó a María por la cintura, la atrajo hacía sí, y a la vez que la giraba y la besó.

Me sorprendió tanto que tiré el neceser al suelo, pero nadie se enteró.

La beso apasionadamente, sinceramente, o eso parecía. Le había visto besar a bastantes chicas, pero nunca así. Parecía un beso interminable, no separaban sus labios, ambos sonreían entre medias Dani le susurró algo que no conseguí escuchar, pero ella le contestaba con otro beso, este más corto.

Cuando se separaron definitivamente él se fue tocándose el pelo con la mano, tímido y ella se mordía el labio al entrar en el baño.

Me dio tiempo a colocarme en el lavabo y fingí lavarme la cara. Al verme disimuló su sonrisa, la miré con la cara mojada.

-¿Qué?-

-¿Qué de qué?- se apoyó en el espejo que hay enfrente del lavabo.

Iván.

El timbre de casa sonó más fuerte de lo normal, probablemente por el alcohol que había bebido.

Uno de los policías que me "escoltaba", que así es como lo llaman, parecía nuevo, el otro, era nuestro vecino.

Guárdame el secreto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora