María.
-A mí me parece dulce...- dije intentando que hiciera algún gesto.
Desde que llegó a la habitación, Paula no se había movido. Miraba por la ventana con gesto agotado.
Sofía estaba sentada en una silla delante suyo con los brazos cruzados sobre su pecho y las piernas cruzadas también.
¿Dónde está Ana?
-¿Hago algo por ti, Paula?-
Se tocó la muñeca, acariciándola con dulzura.
-Llevaba dos años con esa pulsera...- dijo sollozando. –Dos años...- Las lágrimas le caían por las mejillas. Sofía y yo nos acercamos y la abrazamos fuerte.
En ese momento entró Ana por la puerta y se abalanzó sobre nosotras haciéndonos caer en el colchón. Todas nos reímos, incluso Paula.
Muy bien, Ana. Muy bien.
Ana suele hacer ese tipo de cosas, aparece cuando nadie la espera y hace algo para que os demás estén felices, o al menos sonrían.
Ana había traído consigo unas chocolatinas y unos batidos que tomamos mientras hablábamos de las clases y de defensa personal.
Paula terminó por olvidarse durante un rato de Sergio, pero sabía que nada más verle, a él o a sus amigos, volvería a estar triste.
Sonaron unos golpes en la puerta y Ana se levantó a abrir mientras todas la miramos intrigadas. Abrió poco a poco, intrigándonos aún más.
-¿Qué haces aquí?- dijo nada más abrir.
-Os estaba buscando.- Al oír la voz de Dani mi respiración se aceleró, cerré los ojos intentando controlarme. Ana le dejo pasar. –Hola , chicas.- Dijo mirándome.- ¿Qué tal?-
-Dani, tú sabes de amor, ¿verdad?- Preguntó Paula, noté como se me sonrojaban las mejillas. Ana me miraba fijamente.
Esta noche se lo cuento.
-Bueno... algo sé.- Contestó sonriendo.
-Genial. –Paula se giró hacia él y le hizo sentarse en una silla.- Si no puedes estar con alguien que te gusta mucho, ¿te olvidas de él?-
Se quedó pensativo, sentía su mirada, pero yo no la apartaba de Ana.
-Depende.- Dijo Dani finalmente.
-¿Depende de qué?- Preguntó Paula aún más interesada. A Ana también pareció interesarle ya que dejo de mirarme y se acercó a ellos.
-De si a él le gustas, o no.-
-Si, le gusto. –Sus ojos volvieron a estar cristalinos, - Y quiere estar conmigo, pero nunca acaba de encontrar el momento o encuentra una excusa...-
-Las cosas que se saben no necesitan palabras.- Contestó Dani.
Su hermana le miraba sin llegar a creerse que esas palabras hubieran salido de la boca de su hermano.
Yo también estaba sorprendida, no puedo negarlo. Me lo comería a besos ahí mismo.
Entonces Paula rompió en llanto, pero fue él quién la consoló.
-Sergio está locamente enamorado de ti,- me miró, - si no te lo dice es por otras razones. Estoy seguro de que lo único que quiere ahora mismo es estar contigo, cogerte de la mano, besarte...- sus ojos verdes intenso me ponían los pelos de punta.
¿Ha sido una declaración?
-¿Entonces qué hago?- preguntó Paula secándose las lágrimas.
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Guárdame el secreto.
Novela Juvenil-Tardaría más yo en enamorarme de ti que tú de mí.- Dije acercándome a ella. Estábamos a pocos centímetros uno del otro. -¿Quieres apostar?- me contestó retándome. -Te apuesto veinte euros a que en dos semanas te tengo comiendo de la palma de mi ma...