Iván.
Llegamos al comedor, cogimos la bandeja y nos sentamos en una mesa del medio que estaba vacía. Vi a Ana y sus amigos sentados cerca de nosotros.
-Odio física con toda mi alma- escuché decir a Sergio en su mesa. Adrián se giró a mirarles, al igual que yo.
-No está tan mal...- contestó Paula.
-Claro, no está mal si se está en buena compañía, ¿no?- le reprochó Sergio.
-¿Quieres dejar de ser tan infantil?-
-¿Y tú puedes parar de intentar darme celos?- miró al suelo nada más decirlo, sin embargo a Paula se le escapó una sonrisilla. Los demás se miraban unos a otros.
-¿Quedaría muy cantoso si nos fuéramos?- le susurró Ana a María que la respondió con un codazo para que se callara. Me hizo gracia, de echo me reí pero Adrián me mando callar poniéndose un dedo en la boca.
-¿Estás... celoso?- Paula se le quedó mirando, le veía los ojos brillantes, ilusionada. Si Ana, Sergio, María, Sofía o Rodrigo abrieran más los ojos se les saldrían de sus órbitas.
-Qué va,- negó con la cabeza. Todos nos dimos cuenta de que mentía, sobretodo Paula, pero aún así, la ilusión desapareció de sus ojos –para nada-concluyó Sergio.
-¿Entonces... no te importaría que se vinieran aquí a comer, no?- nos señaló con la cabeza y los dos nos miramos entre nosotros disimulando.
-No- contestaron Sergio y Ana a la vez. Me volví a mirarles.
-Es que...me parece un poco mal, ¿no?- se excusó Ana mordiéndose el labio, –pobre Sergio-.
-Venga Ana,- cogí mi bandeja y me acerqué a su mesa -di la verdad de por qué no quieres que me siente con vosotros- la desafié.
-¿Y por qué es?- me preguntó mientras Adrián se acercaba con su bandeja.
-Porque te gusto.- Abrió los ojos, -mucho.-
-Eso por bocazas–le susurró Sergio con una enorme sonrisa en la cara.
-Tardaría más yo en enamorarme de ti que tú de mí.- Dije acercándome a ella.
Estábamos a pocos centímetros uno del otro.
-¿Quieres apostar?- me contestó retándome.
-Te apuesto veinte euros a que en dos semanas te tengo comiendo de la palma de mi mano.-
-Acepto. Si te enamoras de mí en menos de dos semanas me das veinte euros y si es al revés, te los doy yo.-
-Efectivamente.- Dije.
-Genial, - se apartó para ofrecerme la mano. -¿Trato?-
-Trato.- Apreté su mano.
-¿Y cómo vais a saber quién se enamora de quién antes?- preguntó Rodrigo.
-Eso se sabe...- contestó Sofía, -y si no, nosotros lo afirmaremos- dijo sonriendo.
-¿Por qué vosotros?- pregunté.
-Pues... porque nosotros somos los que mejor os conocemos, Adrián a ti y nosotros a Ana.- Concluyó Paula.
-Pues nada pelirroja, vete consiguiendo los veinte euros.- La guiñé un ojo, ella suspiró poniendo los ojos en blanco.
Ana.
Un chico de nuestro curso, Rafael, un pijo idiota que hace lo que le da la gana cuando le da la gana, se acercó a nosotros y paró justo delante nuestro. Adrián les vio y dio un codazo a Iván que se levantó. Su hermano después.
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Guárdame el secreto.
Teen Fiction-Tardaría más yo en enamorarme de ti que tú de mí.- Dije acercándome a ella. Estábamos a pocos centímetros uno del otro. -¿Quieres apostar?- me contestó retándome. -Te apuesto veinte euros a que en dos semanas te tengo comiendo de la palma de mi ma...