Abrí los ojos. No vi a nadie. Al levantarme me dolía la cabeza, sería del golpe.
No recuerdo muy bien lo que pasó. Recuerdo a Dani diciéndome que nada pasaría, que me tranquilizara, ese "estamos bien" que decía cuando iba a pasar algo...
Y así fue...
Unas semanas antes.
Ana.
Domingo. Bendito domingo.
A la mayoría de la gente no le gusta, a mí, y a todos los del internado, nos encanta. Los domingos nos llevan al centro de Madrid y nos dejan pasar en la ciudad todo el día, hacer lo que queramos, con la condición de estar a las ocho en la parada.
Bajamos del autobús justo en frente de El Retiro, para mí, el mejor parque del país, e incluso del mundo, si me apuráis.
-Vamos a Tommy Hilfiger, por favor.- Pidió Sofía nada más bajar, es una chica delgada, con el pelo largo, negro azabache, y una tez muy blanca, extremadamente en blanca para algunos. Llevaba un pantalón blanco y un abrigo azul marino que llegaba hasta sus rodillas-
-Estuvimos la semana pasada, me niego.- Respondió Sergio, mi mejor amigo, que llevaba unos pantalones negros y un jersey de pico que enseñaba la camisa, sus enormes ojos marrones delataban sus pocas ganas de ir de compras. Se pasó la mano por su cabello oscuro, lo que significaba que estaba aburrido de que todos los domingos hiciéramos lo mismo, y negó con la cabeza.
El primer día que le conocí fue muy raro, estaba confuso y sonreía con la misma sonrisa que ahora, aunque siete años más joven.
Rodrigo también estaba ahí, él era más alto, moreno, sus ojos eran verdes, muy intensos.
-Chicos, yo me tengo que ir a ver a mi primo al hospital, lleva una semana y no parece mejorar.- Su primo había tenido un accidente con la moto, se dio un fuerte golpe en la cabeza y estaba consciente pero a base de analgésicos, según nos había contado. Estaba muy unido a su primo, como si fuera su hermano, así que lo entendimos perfectamente. Por cosas como esas odiaba las motos.
-Te podemos acompañar, si quieres- sugerí.
-No, id a Tommy Hilfiger.- dijo con tono burlón mirando a Sergio que hizo un gesto de asco con la cara. Se despidió del grupo, cogió un taxi y se fue.
-¿Entonces qué hacemos?- preguntó María con toda su larga melena rubia cayendo por la espalda, llevaba los ojos maquillados con máscara de pestañas azul a pesar de sus bonitos ojos verdes.
-Yo necesito unos zapatos, pero paso de Tommy, ¨¿por qué no cambiamos?- Dijo Paula, con voz inocente. Ella es morena, de pelo largo, vestía algo más básica, llevaba unos botines negros con tacón, unos pitillos y una cazadora de cuero negro.-Vámonos por Serrano, y paseamos por ahí.- Sergio negó con la cabeza, y yo estaba con él. Me gustaba ir de tiendas, pero no todas las semanas, además, yo no tenía tanto dinero como ellos, ni tarjeta de crédito a los dieciséis, ni una mansión...en fin, solo tenía en común con ellos el internado, y que eran mis amigos.
-Pues vosotras vais a Serrano, nosotros nos quedamos por aquí y nos llamamos para comer.- Dije como solución. Todos asintieron, y mientras ellas se dirigían a coger un taxi Sergio y yo entramos en El Retiro.
-Adoro este parque, me siento... libre- dije, Sergio soltó una carcajada y encendió un cigarro. Le miré con cara de asco pero se encogió de hombros.
-Estamos al aire libre- se excusó.
Seguimos caminando hablando de cosas sin importancia hasta llegar al embarcadero. Bajamos todas las escaleras para quedarnos en los primeros escalones, los más pegados al agua.
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Guárdame el secreto.
Dla nastolatków-Tardaría más yo en enamorarme de ti que tú de mí.- Dije acercándome a ella. Estábamos a pocos centímetros uno del otro. -¿Quieres apostar?- me contestó retándome. -Te apuesto veinte euros a que en dos semanas te tengo comiendo de la palma de mi ma...