CAPÍTULO 19:

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Iván.

Antes de ir a la comisaría me llevaron al hospital, solo eran cortes superficiales.

En la comisaría un policía me hicieron esperar en la sala de interrogatorios, tenía una mesa, un par de sillas y un espejo, como las de las películas, pero más pequeña.

-Hola.- Un hombre moreno, de pelo castaño oscuro, entró por la puerta y se sentó en frente mío. –Me llamo Guillermo, soy inspector de policía y me gustaría hacerte unas preguntas...-

-Primero, -le interrumpí, -dígame dónde está mi amigo.-

-¿Álvaro? Está bien.- El inspector me acercó un vaso de plástico. -¿Tienes sed?-

-Lléveme con Álvaro.-

-Dime tu nombre.- El inspector se sentó a mi lado.

-No.-

-Vamos chaval, que no tengo todo el día. Dime tu nombre.-

-Déjeme ver a mi amigo.- Dije mirándole a los ojos.

-Tu amigo me ha dicho su nombre, cuando digas el tuyo, te dejaré verle.-

-Iván Navarro.-

-Bien. ¿A quién quieres llamar Iván?- preguntó el inspector escribiendo en una libreta.

-Al internado Fermín Caballero.-

Su cara se oscureció y su boca se entreabrió.

-Espera aquí.- Dijo mientras salía por la puerta.

Daniel.

-¿Cómo puede ser tan estúpido?- preguntó Jorge mirando al techo.

Después de que los tres habláramos, Marco había decidido ir a dar un paseo, lo que me pareció una idea buenísima, así no tendría que verle durante un tiempo.

-¿Y por qué te has reído?- me preguntó.

-Porque yo creo que a Ana le gusta Iván, no Marco.-

-¿Y te alegras de eso?-

-Mucho.- Dije sonriendo.

-Pero... él es tu amigo...-

-Sí. Pero ella es toda mi familia.-

Sin contar con don Carlos, claro...

-¿Te puedo contar un secreto?- Le pregunté.

-Sí, claro.- Dijo acercándose a mí.

-Don Carlos es mi abuelo.-

Sin saber por qué se lo dije y sentí cómo me quitaba un peso de encima.

-¿Es en serio?- preguntó boquiabierto.

El peso pasó a ser un nudo de garganta. Las dudas entraron en mi cabeza.

No se lo tenía que decir, me lo advirtieron... aunque, es mi amigo, debería confiar en él.

-¿Por qué no me lo has dicho antes? ¿Llevas diez años sin decírmelo?-

-¿Qué? No. Me he enterado esta semana, el día que fui a la fiesta.-

-¿Y por qué no me lo dijiste entonces?- Su cara de asombro se tornó a incomprensión.

-Pues... porque me dijeron que no lo hiciera.-

-¿No confías en mi lo suficiente?- Jorge se levantó de su silla sin dejar de mirarme.

Guárdame el secreto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora