CAPÍTULO 21:

24 3 0
                                    

Iván.

Llegué justo a la puerta de Ana.

No sabía si llamar o no llamar y salir de ahí, opté por la primera.

-¿Qué?- preguntó una débil voz desde el interior.

-Soy... Iván.- Dije mientras abría la puerta.

Al entrar la vi sentada en el suelo detrás de su cama. Tenía los ojos vidriosos y un poco rojos.

-¿Sabes una cosa?- Dijo sin mirarme.- Tengo un problema contigo, a veces, creo que puedo confiar en ti, otras, no te soporto.-

-Sí, a mí me pasa algo parecido.- Dije sentándome a su lado.

Tenía una cajita pequeña con una Torre Eiffel dibujada.

Me quedé mirándola y ella se dio cuenta.

-Son los únicos recuerdos que me quedan de mis padres.- Dijo al darse cuenta de que estaba mirando la caja. –Sé que sueno trágica e insoportable, pero sigo sin ser capaz de hablar de ellos.

-No suenas trágica e insoportable, ¿y por qué los tienes en una caja?-

-¿Dónde quieres que los tenga?- Preguntó arqueando una ceja, por primera vez, parecía realmente perdida.

-Pues no sé... en sitios donde puedas verlos, en las paredes, la mesa... ¿Qué son?-

Abrió la caja y la puso entremedias de los dos.

Eran fotos y papeles.

Sacó una de las fotos. Eran ella, su hermano y sus padres.

Ana estaba en los brazos de su madre, y Dani en los hombros de su padre. Parecían muy felices.

-Esta es la última foto que nos hicimos.-

Se me hizo un nudo en la garganta. Eran tan pequeños...

-Y esta la primera.- Dijo sonriendo.

Ella era recién nacida, su madre estaba tumbada en la cama con un vestido blanco, su padre sonriente, abrazando a su madre, Dani sujetaba al bebé sentado al lado de su madre.

-Son fotos preciosas...- Dije.

Apretó los labios para luego humedecérselos.

-No las voy a colgar en la pared.- Dijo.

-¿Por qué no?-

-Porque es lo único mío que tengo, y no quiero compartirlo. Seré egoísta, pero, no lo voy a hacer.-

-Y si es tuyo, ¿por qué me las has enseñado a mí?- pregunté.

Me miro a los ojos fijamente.

-No lo sé.- Negó con la cabeza.- Supongo que porque ya te he confiado un secreto y no se lo has dicho a nadie.-

-¿Qué secreto?-

-El de mi abuelo.-

María.

Sabía que Ana estaba en la habitación y pensé en ir con ella.

Al llegar la escuché hablando con Iván y decidí no entrar.

-Que tu abuelo sea don Carlos no es algo difícil de esconder...- Dijo Iván.

¿Cómo?

Era mi mejor amiga y había preferido contárselo a Iván, al que acababa de conocer, que a mí.

Sentí un gran hueco en el estómago, e incluso ganas de devolver. Respiré despacio cerrando los ojos.

-No, enserio. Gracias por no contárselo a nadie.- Dijo Ana.

Guárdame el secreto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora