Iván.
Entré en la habitación cerrando la puerta con fuerza.
-¿Pero tú eres tonto?- preguntó Adrián, -no me cierres así la puerta.-
Me acerqué a él para inspeccionarle las heridas.
Le cogí la cara con las manos pero la apartó de golpe.
-Estoy bien.-
Un corte superficial y un cardenal, nada de qué preocuparse.
-Lo sé.- Me miré en el espejo, me había dejado el ojo morado. –Será cabrón...-
-No podías tener un primer día normal, ¿verdad?- preguntó con las manos levantadas.- Tenías que liarla.-
-Me da igual que sea el niño más rico de España o el más importante de este internado, no permito que nadie se meta con mi familia. Y tú tampoco deberías permitirlo.- contesté acercándome a él.
-Me refería a que podías haberle pegado fuera, no delante de todos los profesores y alumnos...- dijo sonriendo.
-Qué listo eres, joder...- le cogí del cuello y con el puño le froté la cabeza.
Empezamos la típica discusión que terminó cuando llamaron a la puerta. Abrí la puerta.
-Tenéis que venir al despacho del director.- Dijo Sofía.
La seguimos hasta el pasillo donde estaban Ana, María, Paula, Sergio, Rodrigo y Rafael y sus amigos. Algunos estaban sentados en el suelo, otros apoyados en la pared.
-¿Estáis bien?- preguntó Sergio.
-Sí, gracias. ¿Vosotros?- pregunté señalando a Rodrigo.
-Sí.- Dijo sonriente.
-¿Por qué estáis tan tranquilos?- preguntó mi hermano.
-Por que ya estamos acostumbrados.- Le respondió Paula sonriendo. No sabía si lo decía de verdad o no.
-Pasad.- Dijo la secretaria del director.
Rafael y sus amigos se adelantaron, los demás entraron después.
El despacho era grande, había una mesa de madera negra con un gran sillón detrás y dos elegantes sillas delante, todas las paredes tenían bibliotecas llenas de libros y algún cuadro.
-Bien,... ¿me pueden explicar qué es lo que ha pasado?-
-Mire señor director, -empezó Rafael, - yo quería hacerme amigo de los nuevos, me daba pena que estuvieran solos, ya sabe...-
-Muy gentil por tú parte, Rafael.- Le interrumpió el director.
-Sí, bueno, yo soy así... - dijo mientras se sentaba en una silla.
-¿Usted es así? Entonces, ¿por qué no antes de sentarse pregunta a las señoritas si quieren tomar asiento?- Rafael se levantó de golpe ofreciendo asiento a las chicas, ninguna accedió. –Continúe con la historia,- le sugirió el director.
-Sí, claro... pues verá, yo me he acercado a su mesa, ellos han malinterpretado mis palabras...- Pretendí hablar pero Rodrigo me hizo un gesto para que esperara.- Y empezó una pelea, no entiendo todavía porqué, y mire que he intentado averiguarlo...-
¿Cómo se puede ser tan mentiroso?
-Bien, pues entonces vosotros no tenéis culpa de nada.- Dijo señalándoles con la mano. no podía creer lo que estaba escuchando.- Aunque tendrán que barrer el patio durante las próximas tres semanas, por seguir con la pelea. Ya pueden irse.- Señaló la puerta.
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Guárdame el secreto.
Teen Fiction-Tardaría más yo en enamorarme de ti que tú de mí.- Dije acercándome a ella. Estábamos a pocos centímetros uno del otro. -¿Quieres apostar?- me contestó retándome. -Te apuesto veinte euros a que en dos semanas te tengo comiendo de la palma de mi ma...