CAPÍTULO 7:

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Iván.

Entré en la habitación cerrando la puerta con fuerza.

-¿Pero tú eres tonto?- preguntó Adrián, -no me cierres así la puerta.-

Me acerqué a él para inspeccionarle las heridas.

Le cogí la cara con las manos pero la apartó de golpe.

-Estoy bien.-

Un corte superficial y un cardenal, nada de qué preocuparse.

-Lo sé.- Me miré en el espejo, me había dejado el ojo morado. –Será cabrón...-

-No podías tener un primer día normal, ¿verdad?- preguntó con las manos levantadas.- Tenías que liarla.-

-Me da igual que sea el niño más rico de España o el más importante de este internado, no permito que nadie se meta con mi familia. Y tú tampoco deberías permitirlo.- contesté acercándome a él.

-Me refería a que podías haberle pegado fuera, no delante de todos los profesores y alumnos...- dijo sonriendo.

-Qué listo eres, joder...- le cogí del cuello y con el puño le froté la cabeza.

Empezamos la típica discusión que terminó cuando llamaron a la puerta. Abrí la puerta.

-Tenéis que venir al despacho del director.- Dijo Sofía.

La seguimos hasta el pasillo donde estaban Ana, María, Paula, Sergio, Rodrigo y Rafael y sus amigos. Algunos estaban sentados en el suelo, otros apoyados en la pared.

-¿Estáis bien?- preguntó Sergio.

-Sí, gracias. ¿Vosotros?- pregunté señalando a Rodrigo.

-Sí.- Dijo sonriente.

-¿Por qué estáis tan tranquilos?- preguntó mi hermano.

-Por que ya estamos acostumbrados.- Le respondió Paula sonriendo. No sabía si lo decía de verdad o no.

-Pasad.- Dijo la secretaria del director.

Rafael y sus amigos se adelantaron, los demás entraron después.

El despacho era grande, había una mesa de madera negra con un gran sillón detrás y dos elegantes sillas delante, todas las paredes tenían bibliotecas llenas de libros y algún cuadro.

-Bien,... ¿me pueden explicar qué es lo que ha pasado?-

-Mire señor director, -empezó Rafael, - yo quería hacerme amigo de los nuevos, me daba pena que estuvieran solos, ya sabe...-

-Muy gentil por tú parte, Rafael.- Le interrumpió el director.

-Sí, bueno, yo soy así... - dijo mientras se sentaba en una silla.

-¿Usted es así? Entonces, ¿por qué no antes de sentarse pregunta a las señoritas si quieren tomar asiento?- Rafael se levantó de golpe ofreciendo asiento a las chicas, ninguna accedió. –Continúe con la historia,- le sugirió el director.

-Sí, claro... pues verá, yo me he acercado a su mesa, ellos han malinterpretado mis palabras...- Pretendí hablar pero Rodrigo me hizo un gesto para que esperara.- Y empezó una pelea, no entiendo todavía porqué, y mire que he intentado averiguarlo...-

¿Cómo se puede ser tan mentiroso?

-Bien, pues entonces vosotros no tenéis culpa de nada.- Dijo señalándoles con la mano. no podía creer lo que estaba escuchando.- Aunque tendrán que barrer el patio durante las próximas tres semanas, por seguir con la pelea. Ya pueden irse.- Señaló la puerta.

Guárdame el secreto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora