Tratos

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Jazmín:
Desde q le dije eso no hubo más conversación. Había ciertas cosas q quería averiguar y en este plan era imposible. Debía saber por q estaba aquí y por q era tan especial. Caronte y yo seguíamos molestos por la conversación de antes, pero en el fondo, sabía q él tenía razón en lo de Cerbero. No era un perrito, el mejor amigo del hombre, sino un perro del infierno. El q impedía q los vivos entraran y los muertos salieran. El q se comía humanos. Ya nos habíamos subido a la barca, envueltos por un ambiente seco y falto de comodidad.
-¿Te molesta q Cerbero y yo seamos amigos?-pregunté de pronto rompiendo tal perfecta armonía.
Esperó un rato antes de responder.
-No podéis ser amigos-dijo simplemente-. Te darás cuenta pronto. Lo q me molesta es q no te des cuenta de quién es en realidad-contestó.
- Soy consciente-le dije-. Pero es la única forma de no sentirme sola. En el fondo también es un perro.
-¿Sentirte sola? Es q estás sola-soltó.
-Sola pero acompañada.😑
-Sí, por la q creías la Muerte y por un perro del infierno. Muy útil-ironizó.
La ironía es mía y tiene copyright.😤
-Es mejor q nada. Con Cerbero me lo paso bien-repliqué.
Suspiró.
-No te entiendo. En el inframundo nadie se lo pasa bien. Y menos un alma q va a visitar a Hades.
-Es hora de q eso cambie-decidí.
Suspiró con resignación.
-Está claro q tú tienes q ser la excepción en todo-murmuró casi para sí.
Le miré curiosamente.
-¿Qué quieres decir?-pregunté intrigada.
-Nada.
Insistí varias veces, pero no obtuve respuesta. Al final cansó y me ignoró.
-Caronte-le dije.
Decir su nombre me hacía sentir rara, pero no era una sensación desagradable.
-Jazmín-me imitó-. A ver si callas un poco y me dejas trabajar.
-¿Tienes amigos a parte de Cerbero?-pregunté ignorándole como él solía hacer conmigo.
Me respondió un silencio.
-Tengo a Cerbero-cortó-. Te suplico que calles de una vez.
-Em ya. ¿Pero no tratas de aumentar tu vida social?-pregunté.
Perdió la calma.
-¡Estamos en el inframundo, Jazmín! Aquí no hay diversión, ni amistades, ni sentimientos. Aquí solo hay dolor o paz eterna. ¡Entiéndelo de una vez!
Me quedé callada. No me gustaba q me gritaran aunque para él fuese un gran avance. Me senté y me aparté de él. Hubo un instante de silencio absoluto, pero luego se acercó a mí.
-Lamento haberte hablado de ese modo. No debería perder los nervios con mis clientes-dijo.
Ahora sí q me enfadé yo. Estaba harta de sus tonterías de cliente y no cliente.
-¡Aléjate!-grité levantándome.
Dio un paso hacia atrás.
-¡Deja de ser tan falso, tan controlado, tan frío!-continué- ¿Crees q sirve q me pidas disculpas? ¡El perdón no se pide si no lo sientes! Y además, NO SOY TU CLIENTA. SOY TU PRISIONERA. Deja de fingir de una maldita vez.
Se quedó quieto mirándome. Yo me aparté al otro lado de la barca y me senté. Observé con tristeza las almas pasar a mi lado. Caronte seguía inmóvil. Estuvo un rato así. Luego, se acercó a mí despacio.
-No espero q lo entiendas-me dijo sin agacharse para hablarme a mi altura-,pero aquí las cosas son diferentes. Soy frío porq debo serlo. No puedo mostrarme ante las almas. Debo mantenerme alejado de ellas.
-Pues aléjate-le escupí.
-Jazmín, debes entender q este no es un lugar de ocio donde pasárselo bien.
Le miré con lágrimas en los ojos.
-Después de haberme quitado todo lo q tenía, lo único q deberías hacer, es dejarme ser feliz.
Suspiró como si fuera una cría pequeña e inmadura.
-No se puede ser feliz aquí.
-¡Qué tú no lo logres no quiere decir q sea imposible!-grité- Ahora déjame en paz, no debes tratar con "los clientes".
Dio un paso atrás.
-Intento explicarme-murmuró.
-Pues no me importa-repliqué.
Se quedó en silencio. Luego se alejó y volvió a ponerse a remar como si nada. Estuvimos un rato así, en una situación tensa mientras pensaba en como solucionar mis problemas.
-Hagamos un trato-dije de pronto.
No se giró, pero supe q me estaba escuchando.
-Tú respondes a una pregunta por parada, parando cada el tiempo de siempre. Y yo, callo el resto del trayecto en barca tras la respuesta.
No contestó.
-No puedo aceptar-dijo al fin-. Acabo perdiendo yo.
-Te permito no responder a preguntas clave-accedí.
Se quedó reflexionando un momento.
-De acuerdo. Acepto-admitió finalmente.

Enamorada del Barquero de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora