No sin decir adiós

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Muy de madrugada me pasé por la ventana hacia mi habitación, y dormí unas pocas horas.

Al verme al espejo me sentí la peor persona del mundo, acomodé mi cabello detrás de las orejas, como Miles lo hacia cuando lo tenía sumamente largo, me bañé me alisté, y volví a hacer lo mismo del cabello detrás de las orejas, pensando en que lo primero que haría en llegar a Inglaterra sería cortarlo un poco más largo de la altura de las orejas para poder hacer eso y listo.

Preparé mi equipaje de mano, en mi gran super bolsito del mapa de la tierra media, tantos recuerdos vinieron a mi mente. Ensayos, Miles jalándolo. Tomé mi inseparable lonchera de Los Beatles y fue inevitable ver como una lagrima recorría mi mejilla.

Bajé mi equipaje de mano y mi singular maleta de Marvel Comics, dejé el cello en la sala también, ya que el se iba un poco después e iba a llegar a Londres también un poco después, pero osea no podía dejarlo ahí. Aunque ya había dejado a Miles, no una, sino 2 veces en una cama solo.

Desayuné como siempre, mis padres tristes de que iba a dejarlos, apenas crucé palabra con papá sobre Miles, el sabía que había pasado ayer y seguro también sabía que no era la primera vez, pero no quería dejar a su imaginación libre.

Llegaron Thomas y Kate, sin la sombra, seguro tenía cosas importantes que hacer o algo por el estilo.

Ya sabes, cuando sales de  viaje como se ponen algunas personas, imagínate si te vas por tiempo indefinido y más si es una persona como Sofia Díaz, una aventurera que quiere llenar de sellos las hojas de su pasaporte.

Mis amigos terminaron de desayunar con nosotros, luego me dieron un collar y otro par de cosas para que no los olvidara. Mis padres me dijeron que me seguirian depositando en mi cuenta y ya hicimos la despedida oficial para luego salir todos en la combi hacia el aeropuerto.

Lo único en lo que pensaba era en pasar mis siguientes tres horas sola en un aeropuerto, siempre había estado con alguien, nunca sola.

Al llegar al aeropuerto todos se bajaron, excepto mi papá y yo. El se había venido en el asiento delantero y mis amigos y mi mamá atrás.

- Cuidame a mi bebé, por favor, no dejes que Thomas lo use- le dije entregandole las llaves del carro.

- Sofi, se lo importante que es para ti este coche-.

- Si pa, pero está en buenas manos contigo-.

- Sam va a consiguirte un chofer-.

- No lo necesito, pero tranquilo, todo va a estar bien-.

Me despedí de todos con las lagrimas de mi mamá y de Kate, con el collar regalo de Thomas, la pulsera regalo de Miles, que era mucho mejor que no estuviera en persona por ahí y caminé por el aeropuerto a hacer las vueltas de siempre, el equipaje, impuestos, la aerolínea, esas cosas por las que piden estar tres horas antes en el lugar, ya sabes para todo eso sin presiones.

Ya cuando iba caminando por el pasillo sin retorno, ese camino por el que ya no te devuelves, escuché un escándalo por parte de policías, seguro un chico loco que quería pasar aun sabiendo que no se pueden hacer esas cosas, justo cuando iba a entregar los papeles para pasar reconocí la voz del chico. En su voz se podía escuchar la ira, el dolor, la tristeza, pero lo peor el chico estaba indignado, porque no sabía, que la persona a la que más amaba se iba a ir lejos, si sabía que con su tía pero no fuera del país y mucho menos fuera del país. Volví a ver a Miles, siendo acorralado por los policías, como si fuera un delincuente, y en una puerta Matt, Lua y Alex, con un rostro de preocupación, de tristeza e indignación, porque confiaron en mi, y yo los defraudé a todos. Salí corriendo a donde tenían a Miles, el inmediatamente se libró de todos y corrió a mi.

- Por favor, dime que no es cierto- suplicó con desesperación.

- Miles...-.

- En donde carajos vive la maldita tía, por qué un aeropuerto?-

-Miles, voy a volver, pero si no paso esas en este momento pierdo el viaje-.

- Pierde el maldito viaje, pero yo me voy contigo en este momento-.

- Miles, déjame ir al país de que vio nacer a Harry Potter por favor, a Liverpool, a ver casetas de Teléfonos rojas, la entrada al ministerio de magia, déjame conocer, y luego puedes ir tu también, pero por favor, déjame ir, toda mi vida he soñado con esto-.

- Nadie dijo que fuera tan duro-.

- Es duro lo se- dije ya entre llantos- pero prométeme que vas a estar bien un tiempo sin mi porque sino yo no voy a poder estar bien.

- Sino regresas, voy a buscarte, pero por favor no me olvides-.

Lo besé y el respondió al beso, después de todo lo seguía haciendo.

- Siempre te voy a encontrar Sofia-.

- No lo dudo mi Miles, no lo dudo-.

Tomé su mano para irme alejando poco a poco, ambos con lagrimas en los ojos y con los mismos hinchados de ver como se deja al amor de tu vida del otro lado del mundo.

Una frase linda dice, ella se fue por la derecha, el por la izquierda, pero lo que no saben es que el mundo es redondo...



Mi Sexy VecinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora